Así es como se comporta un verdadero macho alfa
Los hombres se sienten a menudo presionados para comportarse como machos alfa, es decir, ese hombre que deja en claro que en todo momento tiene control total y que en su casa se comporta como un jefe malhumorado y agresivo. Sin embargo, este estereotipo es una mala interpretación de cómo se comporta el genuino macho alfa en una familia de lobos, que es un modelo de conducta masculina ejemplar.
De acuerdo a un artículo publicado en El País, los lobos que viven en manadas en el Parque Nacional de Yellowstone, Estados Unidos, los machos que mandan no lo hacen de forma forzada ni dominante o agresiva. Al contrario. El líder alfa puede intervenir de forma decisiva en una cacería pero, inmediatamente después de la captura, se va a dormir hasta que todo el mundo esté satisfecho.
“La principal característica de un lobo alfa es una discreta confianza y seguridad en sí mismo. Sabe lo que tiene que hacer. Sabe lo que más le conviene a su manada. Da ejemplo. Se siente a gusto. Ejerce un efecto tranquilizador. El macho alfa no es agresivo porque no necesita serlo”, explica al medio español el guardabosques y veterano estudioso de esta especie, Rick McIntyre.
El artículo también asegura, que hubo un lobo famoso en Yellowstone llamado 21 -por su número de collar- a quien la gente que seguía de cerca su trayectoria lo consideraba como un superlobo, ya que defendía ferozmente a su familia y al parecer nunca perdió una riña con una manada rival. Pero su pasatiempo favorito era pelear con los cachorros de su manada, y según asegura Rick, “lo que más le gustaba era dejarse ganar”. Aquel gran lobo macho dejaba que un diminuto lobezno se le tirara encima y le diera mordiscos. ¿La razón?: demostrar que además de tener fuerza lo que tiene por dentro es bondad.
La similitud entre los machos lobos y los humanos resultan ser asombrosas, pues hay muy pocas especies en las que los machos proporcionen comida, así como protección a las hembras y a las crías durante todo el año. Y por si esto fuera poco, contribuyen en la crianza de los hijos durante varios años hasta que alcanzan la madurez.
Los lobos ayudan a defender a las hembras y a los jóvenes todo el tiempo contra los individuos que amenazan su seguridad, pero los hombres, según el modelo social ideal, cumplen esta misma función pero con lealtad, devoción y responsabilidad.