En un mensaje en su cuenta de Twitter, Maracineanu constató que se ha adoptado ese certificado sanitario, de forma que "desde que se promulgue la ley, será obligatorio para entrar en los espacios ya sometidos al pasaporte sanitario (estadios, teatros o salones) para el conjunto de los espectadores, de los practicantes, de los profesionales, franceses o extranjeros".
La ministra aprovechó para agradecer al movimiento deportivo su acción de "convicción de los últimos y pocos no vacunados" e insistió en que unos y otros tienen ahora intención de trabajar juntos para "preservar las competiciones" y promover el pasaporte de vacunación "a nivel internacional".
La misma Maracineanu había señalado que el serbio sí podría participar en Roland Garros, programado entre finales de mayo y comienzos de junio, pese a su negativa a vacunarse.
Había argumentado que Francia aplicaría una excepción a la obligación del certificado de vacunación a los deportistas en las competiciones internacionales.
Su justificación fue que en las competiciones internacionales rigen los "protocolos obligatorios impuestos por las federaciones". Dio a entender que estarían por encima de la normativa francesa.
A diferencia de Australia, para entrar en Francia no es necesario contar forzosamente con el esquema de vacunación. Basta con llegar al país con un pasaporte sanitario que pruebe disponer de una prueba negativa en su lugar.
El proyecto de ley sobre el certificado de vacunación lo hará obligatorio para lugares públicos como bares, restaurantes y cines, así como espectáculos masivos en estadios y en transportes públicos de larga distancia como autobuses, trenes, aviones y barcos.