Se trató del segundo fin de semana seguido en que los pilotos hincaron la rodilla antes de la salida, aunque no todos lo hicieron.
Hincar la rodilla se ha convertido en un acto habitual de protesta contra el racismo y la brutalidad policial desde la muerte el 25 de mayo del ciudadano negro George Floyd a manos de un policía blanco en Mineápolis, suceso que provocó una ola global de tristeza e indignación.
El gesto no formaba parte del programa oficial, como sí lo fue durante la carrera que dio comienzo a la temporada en el mismo circuito austriaco, cuando la Fórmula 1 y las escuderías hicieron énfasis en sus mensajes contra el racismo.
"Hemos visto a los mecánicos de Red Bull hincando la rodilla, y me parece bien, pero como negocios y como equipos (...) si miran a Ferrari, que emplea a miles de personas, no he oído nada de que se hagan responsables y sobre lo que van a hacer en el futuro", dijo a los medios el único piloto negro de la especialidad deportiva.
"Y necesitamos que los equipos lo hagan. Necesitamos que la Fórmula 1 y la FIA hagan más para liderar en estos escenarios, diciendo 'hey chicos, todos juntos debemos empujar y luchar por esto'", señaló.