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Fallece Sir Stirling Moss, el legendario 'campeón sin corona' de la Fórmula 1

El británico quedó en segundo lugar del campeonato en cuatro ocasiones, pero ganó las 24 horas de Le Mans y la Mille Miglia. Lograr la victoria fue siempre su único objetivo.
dom 12 abril 2020 09:59 AM
Stirling Moss
Stirling Moss y el Mercedes-Benz 300 SLR con el que ganó la Mille Miglia en 1955.

Laureado con 16 victorias en Grandes Premios entre 1955 y 1961 sin haber ganado nunca el título de Fórmula 1, el británico Stirling Moss, "campeón sin corona" del automovilismo, falleció a los 90 años.

"Simplemente cerró los ojos" tras una larga enfermedad, declaró su esposa, Susie Moss, a la agencia británica PA.

El presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), Jean Todt, alabó en Twitter la memoria "de una verdadera leyenda del deporte del automóvil que seguirá para siempre entre nosotros".

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"Hoy le decimos adiós a Sir Stirling Moss, la leyenda del automovilismo. (...) Sin duda extrañaré nuestras conversaciones. Para ser honesto, nuestra amistad era de lo más inusual. Dos personas de épocas y antecedentes completamente diferentes, pero conectamos y nos dimos cuenta de que nuestro amor por las carreras nos hacía camaradas", escribió el campeón actual de la Fórmula 1, Lewis Hamilton, en su cuenta de Instagram.

Eclipsado por el argentino Juan Manuel Fangio, Moss finalizó segundo del Mundial en cuatro ocasiones (1955, 1956, 1957 y 1958), y otras tres fue tercero, sin lograr nunca alzarse con el título, lo que le valió su apodo.

En 1962 se vio obligado a poner fin a su carrera como piloto luego de un violento accidente en el circuito británico de Goodwood, que le provocó un mes en coma y seis meses con parálisis en el cuerpo.

Su carrera en la Fórmula 1 estuvo a caballo entre el final de la época gloriosa de Fangio y los inicios de Jim Clark, lo que le privó de mayores éxitos.

Pero la trayectoria deportiva de Sir Stirling –recibió el título honorífico en 1999– no se limitó a la Fórmula 1. Carreras de resistencia, de montaña... en su palmarés lucen 212 victorias en 529 carreras disputadas en total.

Moss conquistó las 24 Horas de Le Mans en 1956 para Aston Martin y se hizo con una victoria mítica en la Mille Miglia italiana en 1955 con Mercedes-Benz.

Aquel día, junto a su compañero el periodista inglés Dennis Jenkinson, superó a Fangio, el argentino que también competía con Mercedes-Benz, al término de 1,600 kilómetros en cerca de 10 horas de carrera.

La imagen de su rostro ennegrecido por el polvo y el aceite en la que se perfila la silueta de sus gafas es una de las más emblemáticas del automovilismo.

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La famosa imagen de Stirling Moss tras ganar la Mille Miglia en 1955, con el rostro ennegrecido por el polvo y el aceite.

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Para Moss, la victoria era el único objetivo. "Sé que yo era más rápido que otros pilotos que ganaron el Mundial. Pero pilotar para terminar (carreras) y sumar unos puntos no me interesaba. Algunos podían hacerlo, yo lo vi a menudo, pero mi filosofía era diferente. No tenía en absoluto la psicología óptima para ganar títulos, antes que nada soy un corredor", confesaba en 2009 a la revista Motorsport.

En 1958, fue su compatriota Mike Hawthorn quien se coronó campeón del mundo de F´órmula 1 con sólo una victoria a lo largo de la temporada, por cuatro de Moss, pero con una mayor regularidad, lo que le otorgó el título con un punto más que Stirling.

De gran deportividad y caballerosidad, Moss intervino para que Hawthorn recuperase su segundo puesto logrado en el Gran Premio de Portugal luego de haber sido inicialmente descalificado, privándose así del título.

Su grave accidente de 1962 le postró un mes en coma. Luego de una larga convalecencia, en mayo de 1963 volvió a ponerse al volante de un bólido para unas vueltas a la pista antes de entrar a boxes y afirmar: "lo dejo". Había perdido sus sensaciones, parte de su agudeza visual y reflejos.

En los años 70 participó, sin embargo, en el rally Londres-Sahara-Múnich, pero abandonó en el desierto de Argelia. A comienzos de los 80 haría una breve incursión en el campeonato británico de turismos.

Fue fiel hasta el final a su creencia en que vale más ser "un piloto que prefiere perder conduciendo rápido que otro que prefiere ganar conduciendo lentamente".

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