Aprilia RSV4 y Tuono V4, las nuevas motocicletas deportivas que llegan a México

La llegada de Grupo Piaggio a México ha traído consigo dos de las mejores motos deportivas del mercado: las Aprilia RSV4 y Tuono V4. Si bien la marca no es tan conocida en nuestro país, a nivel internacional se trata de una de las firmas más importantes de motos deportivas, con 54 títulos mundiales en su haber.

En 2016 inició operaciones formales en México a través de la red de distribuidores de Grupo Piaggio, Motoplex, que este año se ha encargado de traernos la actualización de sus dos modelos más potentes, orientados al manejo en asfalto: la RSV4 y la Tuono V4.

Con el objetivo de conocerlas de cerca viajamos al Circuito de las Américas, en Austin, donde tuvimos la oportunidad de explorar sus capacidades. Debemos confesar que la tarea de conducir superbikes como éstas, en una pista como COTA, nos puso bastante nerviosos desde el momento en el que supimos que tendríamos este privilegio.

¿Cómo demonios se puede domar una bestia con una relación peso-potencia de casi 1kg/1hp, en el caso de la RSV4, y no tan lejana, en el caso de la Tuono? ¿Y si la compleja pista hace de las suyas y uno termina en el piso... con todo el equipo destruido y una moto inservible? Es por ello que no quisimos tomar riesgos innecesarios en las primeras vueltas y exageramos la cautela.

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La sorpresa fue que la facilidad con la que uno se familiariza con la Tuono y la RSV4 hizo que, unas vueltas más tarde, nos encontráramos tratando de mejorar los trazos, retrasando los puntos de frenado e inclinando la moto a ángulos que, días antes, habíamos prometido no explorar. Y es que esto es lo que sucede con las nuevas generaciones de motos deportivas, que, a pesar de contar con absurdas cifras de potencia, aceleración, torque y velocidad máxima, son relativamente fáciles de conducir gracias a su carga electrónica y a sus nuevos materiales.

Tan sólo en la recta del fondo –la más larga, con 1.2 km– nos permitimos acelerar de golpe y sentir el Wheelie Control en acción, que en nivel 1 permite que la llanta delantera “flote” con gran precisión y sin mucho esfuerzo, al tiempo que acomodábamos el cuerpo para atrás y encorvábamos la espalda para ofrecer menor resistencia al viento. Cambios y más cambios de velocidad con el acelerador a fondo tratando de aguantar lo más posible con el velocímetro a 150 millas por hora a bordo de la Tuono.

La siguiente vuelta en la RSV4 nos llevó a 155... Un trago fuerte de saliva y, en la siguiente oportunidad, aguantamos la frenada al último punto, hasta que el velocímetro marcó los 170 mph y, viendo la curva encima, nos aferramos al freno con todas nuestras fuerzas. Al bajar, nos sentamos a tomar agua y, al hacer el cálculo en nuestro teléfono, caímos en la cuenta de que habíamos alcanzado... ¡273.5 km/h! Nada mal si tenemos en cuenta que el récord de ese día ascendió a 182 mph, casi 293 km/h.

Como decíamos, hoy en día las motos deportivas se han convertido en máquinas fáciles de conducir, y las Aprilia RSV4 y Tuono V4 no sólo no son la excepción, sino que son el mejor ejemplo de ello. Las mejoras en su electrónica complementan los componentes más ligeros y de menor fricción del motor.

Por su parte, la cuarta generación del sistema Aprilia aPRC (Aprilia’s Performance Riding Control) engloba todas las asistencias electrónicas, así como el control de tracción, el Wheelie Control y el ABS, que ahora cuenta con la función de curveo. Gracias a este nuevo sistema, y al acelerador electrónico, se nos brindan tres modos de manejo (Sport, Track y Race), que se suman a los distintos pasos de cada una de las asistencias: tres para el ABS, tres para el Wheelie Control e impresionantes ocho niveles para el control de tracción, todos modificables sin que sea necesario detenerse.

Pero, si bien la electrónica está siempre ayudándote mientras la velocidad se incrementa, lo hace de tal forma que no te elimina de la ecuación, únicamente complementa tu manejo. Algo esencial para mantener altos los niveles de diversión y de adrenalina. Resumen: alabado sea el progreso tecnológico.