Así luciría el mundo si Porsche y Mercedes-Benz tuvieran autos voladores
En el cielo, no hay tráfico. En las nubes, no se escucha ningún claxon. No hay agentes de seguros ni semáforos... pero algún día los habrá. Al menos, ésa es la esperanza del fotógrafo francés Renaud Marion, quien, con la imaginación como lente y una Leica S como cámara, creó el proyecto Air Drive para no quedarse con las ganas de admirar un par de toneladas clásicas que lo lleven levitando hasta el destino final. Sí, para soñar que los automóviles voladores no están tan alejados de nuestra realidad.
“Siempre creí que llegaríamos al nuevo milenio con ropa espacial. Con pistolas láser y con autos que volaban. Sobre todo eso, con autos que volaban. Y como eso no pasaba, comencé a preocuparme de no verlo en vida y así nació Air Drive”, cuenta Marion sobre el proyecto que realizó durante cinco años, primero en las calles de Ginebra para después concluir en las de París.
De 41 años, Renaud siguió al pie de a letra la sentencia que dice que “los sueños de hoy son la realidad del mañana”. Entendió que, si quería recurrir a la ciencia ficción, debía ser muy consciente del puente que iba a crear entre el presente, el pasado —representado por autos clásicos— y el futuro, y de lo que tenía que alcanzar para mantener la verosimilitud. “Desde que inicié el proyecto en Ginebra, elegí coches que me parecían atractivos en la calle. Ahí entendí que no quería utilizar versiones miniatura, sino modelos a escala real, que fueran icónicos, para tener un anclaje entre el pasado y el presente. El siguiente paso fue encontrar la arquitectura que permitiera transportarse a otra era, pero cercano a lo que podría pasar. Me encontré con muchos edificios retrofuturistas de París y ahí comenzó el proyecto”, explica Renaud.
Graduado de la Escuela de Fotografía (EFET), en Francia, Marion comenzó su carrera como fotógrafo al llevar al papel su propio trabajo. Durante años, fue un reconocido grafitero de la ciudad y un seguidor del street art que buscaba llevar su trabajo a otros lugares. Descubrió que la cámara lo transportaría a otros espacios y ahí tomó el camino de fotógrafo. Admirador del trabajo de Alec Soth, fotógrafo estadounidense de la agencia Magnum, así como de la obra cinematográfica de Terrence Malick —y de toda la ciencia ficción—, Renaud trata de crear una fantasía posible dentro del mundo existente.
“Leonardo da Vinci y Julio Verne estaban creando universos posibles de manera inconsciente; creando un mundo que condicionó el futuro de los seres humanos de manera impredecible. Y bueno, pienso que esa creación puede ser posible hoy en día si nos permitimos imaginar. La ciencia ficción está en cualquier rincón. Nos ayuda a prepararnos para volar en naves espaciales o para conocer personas con superpoderes... o, simplemente, para manejar un coche que vuela”, sentencia el galo, que recurrió a modelos legendarios de la industria: Mercedes 300SL, Lincoln Continental, Jaguar E-Type, Aston Martin DB5, Porsche 356 y Chevrolet El Camino, entre otros.
La exhibición se presentará en The MB&F M.A.D. Gallery , en Dubái, hasta el 10 de septiembre. Este espacio se ha convertido en un universo único de arte que ha cautivado a quienes lo visitan. Fue fundado por las mentes maestras detrás de la firma relojera MB&F, famosa por sus creaciones fuera de lo común. A la fecha, cuentan con tres galerías, en Ginebra, Taipei y Dubái.
La manipulación de las fotografías originales produce el efecto de levitación, mismo que se complementa con una acertada elección de espacios futuristas que crean la atmósfera perfecta. Y así, las imágenes de Marion nos hacen reflexionar acerca de cuánto nos falta para conquistar el cielo. Al final, es el sueño de todo niño, que hoy cualquier hombre, quisiera ver materializado: tocar las nubes con bajar la ventana o, al menos, cruzarlas sin esperar al siguiente semáforo. He aquí el verdadero sueño infantil.
