¿Para qué sirven los alerones y spoilers en los autos?
Al momento de verlos sabemos que se instalaron debido a los dotes deportivos del auto que lo porta en la mayoría de las ocasiones y no, no hay que tomar en cuenta aquellos autos subcompactos que no sólo traen uno, sino que parecen naves espaciales con todas las modificaciones que llevan encima.
Normalmente, el peso del auto sería lo que mantendría a éste en el piso, por lo que sin un alerón, la única manera de incrementar el agarre (grip) sería aumentando el peso; pero el gran problema en hacer esto radica en que no ayudará al momento de dar las vueltas, que es en donde más necesitamos grip. Tener un auto muy pesado significa ir más lento, mientras que tener un auto muy ligero provocaría que se deslizara fácilmente, perdiendo el control dentro de cualquier circuito.
Es por eso que los alerones tienen un propósito específico: generar fuerza contra el piso (downforce) gracias al paso del aire. Al hacer que el auto genere una mayor fuerza contra el piso, tendrá mejor agarre, por lo que podrá ir más rápido sin perder estabilidad, sobre todo en las curvas. Sin embargo, al momento de generar la fuerza contra el piso también se genera arrastre (drag) y en consecuencia irá más lento, por lo que se tiene que evitar al máximo. Es así como los ingenieros y diseñadores de un equipo de F1 o de prototipos de resistencia, e incluso de marcas con autos de alto desempeño, tienen que encontrar el punto exacto para generar una fuerza contra el piso suficiente para ir rápido en curvas y que ésta no se convierta en arrastre, claro está, que también es importantísimo el tema de las llantas . Por su parte, el spoiler es el encargado de disipar el aire que no es favorable -también llamado turbulencia- del cuerpo del auto.
Varios autos han portado alerones y spoilers que han pasado a la historia por su diseño, como el Plymouth Superbird o Dodge Daytona de 1970, el del Subaru Impreza STi de 1998, el Dodge Viper ACR del 2016, el del Mitsubishi Lancer Evolution en cualquiera de sus generaciones o los inolvidables Whale Tail y Duck Tail de los Porsche 911 Turbo de 1975 y del 911 Carrera RS de 1973, respectivamente.