Los conductotes de un Mercedes w220 y de un Dodge Challenger se encuentran en una carretera de Kazajistán y organizan una carrera improvisada. Uno de ellos decide hacer una maniobra arriesgada y todo acaba mal.
Y bueno, está de más decir que no le deseamos esto ni a nuestro peor enemigo, pero también hay que estar conscientes de que toda acción trae una reacción, todo tiene una consecuencia.
Improvisaron una carrera y justo uno de los dos fanfarrones recibe su merecido. No resultó ni tan rápido ni tan furioso.