A pesar de que uno es conocido principalmente como conductor y periodista deportivo y el otro como actor, Juan Carlos Díaz Murrieta y Óscar Marín son buenos amigos que comparten el gusto por las conversaciones profundas acerca de los temas que los apasionan. Más allá de sus profesiones, su sensibilidad ante el entorno en el que se desenvuelven y su atención a las distintas realidades del mundo los convirtió en una dupla ideal para abordar asuntos como la diversidad y la inclusión en el deporte, así como la importancia de prepararse para comunicar historias con la precisión que exige la actualidad.
Especial Pride 2025 | "Vivir mi vida como yo quiera": una charla sobre orgullo

Óscar Marín (O.M.): ¿Cómo describirías el momento personal que estás viviendo hoy?
Juan Carlos Díaz Murrieta (J.C.D.M.): Fíjate que hace poco me puse a reflexionar sobre lo que realmente significan nuestras vidas y cuál es nuestra relevancia en la historia de la humanidad. Me di cuenta de que, aunque pueda sonar fatalista, somos insignificantes. Y, en lugar de angustiarme, pensé: “Ah, pues chingue a su madre, voy a vivir mi vida como yo quiera”. Eso fue hace apenas unos días, y desde entonces he estado mucho más relajado y disfrutando a plenitud.
O.M.: ¿De qué manera has podido incorporar dentro de tu profesión temas como la representación y la diversidad?
J.C.D.M.: Nosotros, al tener un micrófono enfrente y considerando el alcance que tenemos, debemos ser conscientes de la enorme responsabilidad que implican los mensajes que transmitimos. En Televisa, y más específicamente en TUDN, hay una preocupación real por mantenernos informados y generar un cambio. Una vez al año hacemos una reunión con GLAAD, y ellos nos orientan para que todos sepamos lo que estamos diciendo.
A mí me apasiona el futbol, pero reconozco que es un deporte muy rezagado en temas de inclusión. Hablo del futbol varonil, porque el femenil es otro mundo. Conozco a muchos directivos que buscan formas de generar conciencia. Es cierto que muchas iniciativas están ligadas al mes del Pride –como incluir la bandera LGBTIQ+ en redes sociales o en los brazaletes de capitán– y hay quienes critican eso, pero me parece un gran paso.
Sin embargo, basta con ver los comentarios de la gente para darnos cuenta de que estamos en pañales. El fútbol varonil sigue siendo muy machista. Piensa en esto: en México hay 18 equipos, con unos 23 jugadores cada uno. En Inglaterra, 20 más; en España, otros tantos. ¿Cuántos futbolistas hay en el mundo? Estadísticamente, claro que hay jugadores gays, bisexuales o pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+. Pero el ambiente es tan cerrado que sienten que no pueden ser quienes realmente son.

O.M.: ¿Cómo te preparas personalmente para abordar estos temas?
J.C.D.M.: Lo primero es empezar desde lo personal. Yo vengo de un lugar de privilegio absoluto: educación, oportunidades... Nunca me ha faltado nada. Desde ese lugar, hay que ser muy consciente de que la mayoría vive realidades muy distintas y que uno puede estar sesgado. Eso te puede llevar a hacer comentarios muy idiotas, poco empáticos.
Desde ese privilegio tienes que educarte, escuchar, salir a la calle, ver otras realidades. Por suerte, en mi área yo voy por los datos, los hechos. A mí me da igual con quién te acuestes. Si al día siguiente llegas como jugador del América y metes cuatro goles, lo único que me interesa es tu desempeño en la cancha. Lo que hagas en tu vida personal es totalmente irrelevante. Y así debería ser.
O.M.: ¿Qué representa para ti el Pride?
J.C.D.M.: Creo que abarca mucho más que la sexualidad. Ésta es sólo un aspecto de nuestra totalidad. Para mí, el Pride tiene que ver con sentir orgullo de ser quien eres. Y con ese orgullo deberíamos caminar por la vida todos los días, no solo un mes al año. Con esa firmeza deberíamos estar plantados en nuestros trabajos, en la vida.

O.M.: ¿Cuál es el mensaje que te gustaría dejar a los lectores de Life and Style?
J.C.D.M.: Creo que lo más importante es abrir nuestras mentes. Yo no estoy de acuerdo con muchas cosas, pero las escucho e intento entenderlas. Trato de comprender qué quiere la otra persona, qué busca quien defiende algo contrario a lo que yo pienso. Eso nos enseña a respetar y ser conscientes de que hay muchas formas de ver el mundo. Francamente, el mundo sería aburridísimo si todos pensáramos igual.
La charla de amigos entre Juan Carlos Díaz Murrieta y Óscar Marín es la primera de tres entregas, publicadas originalmente en la edición de Verano 2025 de Life and Style.