Uno de los datos más sorprendentes de la Tate Modern es que, antes de convertirse en uno de los museos más importantes de Londres, su estructura albergaba una central de generación de energía. De hecho, el acceso principal se realiza a través de un atrio conocido como la sala de las turbinas, pues en él se encontraban los generadores de electricidad.
Swatch y el arte que trasciende el tiempo
Su colección permanente —considerando sus cuatro sedes— incluye más de 70 mil pinturas, esculturas e instalaciones y es reconocida como una de las más completas e importantes del mundo. Sin duda, esta es la razón que mejor explica por qué Swatch eligió a esta institución para crear su Art Journey 2024.
“Mucha gente cree que solo queremos hacer colaboraciones con los museos y las instituciones de arte más famosas, pero no es así. Las asociaciones tienen que funcionar y nuestra filosofía y la filosofía de nuestros socios tienen que encajar”, asegura Alain Villard, CEO de la casa, durante una entrevista realizada en Londres, horas después de la presentación de los siete nuevos modelos de la colección —inspirados en obras de J.M.W. Turner, Henri Matisse, Louise Bourgeois, Marc Chagall, Joan Miró, Fernand Léger y Wilhelmina Barns-Graham— y del descubrimiento de una experiencia inmersiva que, durante tres días, pudo visitarse en 180 Studios.
La marca relojera es bien conocida por una larga historia de amor con el arte que inició en 1985 con el lanzamiento de un reloj de edición limitada de la mano del artista Kiki Picasso. “Desde entonces, todos han querido trabajar con Swatch, desde artistas como Pedro Almodóvar y Vivienne Westwood en los 80, hasta todos los grandes nombres que han venido después”, sostiene Villard.
Pero ¿cuál es el verdadero poder de estas piezas? “Estos relojes llegan a miles de puntos de venta alrededor del mundo y es probable que muchas de las personas que entren a las tiendas nunca hayan escuchado hablar de la Tate. Estas colecciones nos dan la oportunidad de contar la historia de los artistas, de la época en la que trabajaron y de sus obras”, añade.
Un año más, los relojes de Swatch se convierten en un vehículo de expresión a través de obras maestras que adornarán las muñecas de personas que valoran por igual la medición precisa del tiempo, la provocación positiva y la alegría de vivir.
Este viaje, lejos de terminar, demuestra que la trascendencia está fuertemente vinculada a la democratización de los mensajes expresados a través del arte y el poder de hacerlos llegar al mayor número posible de miradas. “Somos la única marca que puede hacer lo que nosotros hacemos, no solo técnicamente hablando, sino también por las conexiones que tenemos con los artistas y los museos”, concluye Villard.