Artista Plástico. A sus 86 años, David Hockney no solo es un testimonio de la evolución del arte contemporáneo; es un pionero que ha reinventado la forma en que vemos y experimentamos la creación. Su estilo, marcado por la frescura, la creatividad y el dominio técnico, se deja ver en colaboraciones con estrellas pop y en los dibujos que realiza desde su iPad. Su obra confirma que el arte no tiene límites (ni de edad ni de medio).
#GameChangers David Hockney
En el mundo del arte contemporáneo, pocos nombres resuenan con tanta fuerza como el de David Hockney. A sus 86 años, este artista británico se mantiene como una figura clave que deja una huella con cada pincelada que presenta.
En 2019, su nombre llegó a los titulares cuando Retrato de un artista (piscina con dos figuras), una de sus obras, fue subastada en Christie’s por 90,3 millones de dólares, convirtiéndolo durante unos meses en el artista vivo más caro del mundo. Recientemente, ha regresado al foco. El año pasado, la prestigiosa casa de subastas Phillips, en Londres, fue la anfitriona de un evento dedicado exclusivamente a su obra en el que se vendieron los 73 lotes del catálogo.
Fue tal el éxito que los organizadores decidieron convertirlo en una cita anual. La segunda edición está programada para el próximo 20 de septiembre. Pero más allá de los récords y las cifras, lo que realmente define a Hockney es su capacidad para capturar la esencia de la rutina en sus obras. Desde sus icónicas representaciones del estilo de vida burgués, que muestra en paisajes donde conviven piscinas y mansiones en Los Ángeles, hasta sus retratos íntimos y escenas cotidianas, ha sabido reflejar su vida y los tiempos que le ha tocado vivir.
Desde sus primeros días como artista, ha explorado diversas técnicas y medios. Desde la creación de arte con máquinas de fax y Polaroids en los años 80, hasta el arte digital usando su iPhone y iPad en los 2010.
Una de sus creaciones más emblemáticas es A Bigger Splash (1967), donde logra “detener el tiempo” al capturar la salpicadura de agua en una piscina bajo el sol californiano. Años antes, en 1961, presentó We Two Boys Together Clinging, una obra que, sin revelar la identidad de sus protagonistas, exhibía a dos hombres abrazados, un gesto de valor en una época en la que ser gay era ilegal en Estados Unidos y Reino Unido.
El anonimato duraría poco, tanto en su liberación sexual como en la pintura figurativa. Sus retratos son una de sus obras más conocidas. Un ejemplo es su reciente colaboración con el ídolo pop Harry Styles, a quien retrató desde su estudio en Normandía, al norte de Francia, donde vive desde hace un par de años con su pareja, Jean-Pierre Gonçalves de Lima.
Esta pieza, junto con otros 30 nuevos retratos, se exhibirá en la esperada muestra "David Hockney: Drawing from Life" en la Galería Nacional de Retratos de Londres. Aunque la exposición fue inaugurada en 2020, tuvo que cerrar por la pandemia y reabrirá el 2 de noviembre de este año.
Es imposible hablar de su obra sin mencionar la innovación. Desde sus primeros días como artista ha explorado técnicas y medios. En los 80 se sumergió en el mundo de los faxes, enviando paisajes y retratos. A los faxes siguieron las Polaroid (la obra Billy + Audrey Wilde es uno de sus mejores ejemplos). En la primera década de los 2000, con la llegada del iPhone y el iPad, comenzó a crear arte en las pantallas de estos dispositivos.
Su interés por la tecnología no se limita a las obras, también está presente en proyectos recientes, como su exposición de arte inmersivo en el espacio Lightroom, en Londres (que se presenta hasta el 3 de diciembre) que lo consolidan como un motor del mundo del arte.
Si Picasso alguna vez dijo: "Me tomó cuatro años pintar como Rafael, pero me llevó toda una vida aprender a dibujar como un niño", a sus 86 años, Hockney ha dominado la técnica y la precisión logrando que su arte permanezca tan fresco y jovial como el de un niño.
¿Por qué lo elegimos?
Con exposiciones programadas en la Galería Nacional de Retratos y Lightroom, en Londres, y una muestra individual en el Museo de Arte Contemporáneo de Tokio, David Hockney sigue siendo tan relevante como siempre.