Sin embargo, la industria y los reguladores temen que celebrar ambos procesos casi al mismo tiempo pueda resultar confuso, según las cartas de los reguladores estadounidenses y japoneses a las que ha tenido acceso Reuters.
"Pedimos amablemente a ambos organismos que coordinen sus esfuerzos en la revisión del aspartamo para evitar cualquier confusión o preocupación entre el público", escribió Nozomi Tomita, miembro del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón, en una carta fechada el 27 de marzo y dirigida a la subdirectora general de la OMS, Zsuzsanna Jakab.
La carta, que Reuters ha podido consultar, también pedía que las conclusiones de ambos organismos se hicieran públicas el mismo día, como está ocurriendo ahora. La misión japonesa en Ginebra, donde tiene su sede la OMS, no respondió a una solicitud de comentarios.
"La IARC no es un organismo de seguridad alimentaria y su revisión del aspartamo no es científicamente exhaustiva y se basa en gran medida en investigaciones ampliamente desacreditadas", dijo Frances Hunt-Wood, secretaria general de la Asociación Internacional de Edulcorantes (ISA).
La organización, entre cuyos miembros se encuentran Mars Wrigley, una unidad de Coca-Cola KO.N y Cargill, manifestó su "seria preocupación por la revisión de la IARC, que puede inducir a error a los consumidores".
La directora ejecutiva del Consejo Internacional de Asociaciones de Bebidas, Kate Loatman, dijo que las autoridades de salud pública deberían estar "profundamente preocupadas" por la "opinión filtrada".
Loatman también advirtió de que se "podría inducir innecesariamente a error a los consumidores para que consuman más azúcar en lugar de elegir opciones seguras sin o con bajo contenido de azúcar".
El aspartamo ha sido objeto de numerosos estudios durante años. El año pasado, uno de observación en Francia entre 100 mil adultos demostró que las personas que consumían mayores cantidades de edulcorantes artificiales -incluido el aspartamo- tenían un riesgo ligeramente superior de padecer cáncer.