Una de las más sofisticadas es una que ahonda en las redes en busca de llamadas de ayuda y luego las geolocaliza, mostrándolas en un mapa de calor para que los socorristas puedan ver dónde se concentran. Algo que ha permitido salvar muchas vidas. Hay muchas opciones de gran utilidad: otras informan para que las personas sepan qué hacer, indican dónde acudir en busca de ayuda y permiten contactar con conocidos o autoridades para informar sobre su condición.
Absolutamente todas las apps son de código abierto, es decir, están habilitadas para que otras personas puedan acceder al código fuente y modificarlo. Esto último, para mejorarlo o por qué no, adaptarlo para otros desastres naturales en otras partes del mundo. Una tendencia que ya se ha visto en otras catástrofes anteriores. De momento, el uso del Earthquake Help Project se ha limitado a Turquía, pero la dupla responsable está en contacto con las autoridades sirias para que también lo implementen en sus rescates.
Rescates algorítmicos
Uno de los mayores problemas tras un desastre natural es hacerse con recursos como agua y alimento. Así sucedió en el terremoto de Nepal ocurrido en 2015, donde no conforme con los derrumbes de casas y edificios, los afectados se quedaron sin agua potable porque ésta sólo llegaba a través de una red de fuentes públicas que fueron destruidas por los sismos. La solución llegó desde Canadá con un algoritmo que creó un plan de abastecimiento del líquido vital sin necesidad de que los investigadores conocieran siquiera el lugar. Actualmente los desarrolladores están haciendo una serie de ajustes al modelo para trasladarlo a Siria y Turquía.
Se nueva cuenta el plan incluye la distribución del agua, pero es más ambicioso en muchos sentidos. En esta ocasión se busca encontrar un balance entra los datos geográficos de la zona y el número de personas concentradas en los alrededores. Esto para encontrar los puntos más necesitados, pero también los más seguros para el refugio de damnificados, el reparto de víveres y la implementación de los servicios médicos.
Este algoritmo es sólo uno de los muchos esfuerzos por aprovechar la tecnología para un mapeo avanzado que optimice el trabajo de los servicios de emergencia. Operar en una zona de desastre puede ser una labor virtualmente imposible, ya que los centros urbanos cambian dramáticamente y los mapas previos a la catástrofe se tornan virtualmente inservibles.
Es por esto que distintos países del mundo no sólo envían rescatistas, sino drones que sobrevuelan el territorio para registrar las zonas afectadas. Sus capturas son contrastadas con imágenes satelitales obtenidas en las principales agencias espaciales del mundo. Es así como los rescatistas pueden delimitar con antelación los caminos que están bloqueados o caso contrario, aquellos que se han abierto ante el movimiento telúrico. Esto ahorra muchos segundos que pueden tornarse vitales para el rescate de las víctimas.