Influencia en ambas vías
Pero si hasta ese momento es Chanel quien se inspira en el artista español, a partir de la segunda parte de la muestra, centrada en Olga Khokhlova, primera esposa de Picasso, "el sentido de la influencia cambia", dijo Guillermo Solana.
En los cuadros que Picasso pinta de su musa Olga, quien era una asidua clienta de la diseñadora francesa y usaba frecuentemente sus prendas, "está enfrentándose al problema de las líneas rectas de Chanel (...) Está trabajando en recrear lo que Chanel ha creado y se está planteando el diálogo de creador a creador", abundó Solana.
En este apartado se puede ver, por ejemplo, un vestido de día de Chanel de 1922, gris con piel blanca en cuello y puños, muy similar al que lleva el personaje del cuadro "Arlequín con espejo" de 1923.
Las últimas dos partes de la exposición se centran en las ocasiones en las que Chanel y Picasso, que se conocieron en 1917 y tenían muchos amigos en común, colaboraron directamente.
La primera de ellas fue en la obra Antígona, estrenada en el teatro L'Atelier de Montmarte en diciembre de 1922, en la que Picasso se encargó del decorado y Chanel del vestuario.
Y la segunda, para el ballet "El tren azul", con libreto del dramaturgo y novelista francés Jean Cocteau, que, presentado en 1924, contó con el vestuario de Chanel y un telón decorado con la obra "Dos mujeres corriendo por la playa" de Picasso.
Estas últimas colaboraciones muestran "este diálogo entre la moda y la pintura, (...) el teatro, la danza y las artes que está en el corazón de las inventivas escenas culturales experimentales del período de entreguerras y que constituyen el objeto mismo de esta exposición", estimó Cécile Debray, presidenta del Museo Picasso de París, que cedió varias piezas para la muestra del Thyssen.