Claudia Callizaya, de 32 años, ha creado una obra de arte con inspirada en la Mona Lisa, misma que aparece caracterizada como una cholita, un término para las mujeres de la etnia local.
Esta versión de la Mona Lisa se basa en la misma mirada constante que la obra maestra de Leonardo da Vinci y una nariz similar. Pero en su cabeza está vistiendo el tradicional bombín de las cholitas de Bolivia y está envuelta en un colorido chal andino.
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"En el mundo existimos muchas mujeres, de diferentes tipos de vestimenta. Yo soy de pollera (cholita) y dije la Mona Lisa tiene que ser de pollera, como yo cholita", dijo Callizaya.
La pasión de Callizaya por el arte inició cuando utilizaba piedras de los campos cercanos a su casa para pintar. Esta madre soltera con dos hijos pinta sobre lienzo después de obtener un título universitario en bellas artes.
Las cholitas, generalmente indígenas aymaras o quechuas, provienen de comunidades agrícolas pobres y han sufrido durante mucho tiempo la marginación en la nación sudamericana, que tiene el porcentaje más alto de población de etnias originarias en América Latina.
En un principio ella quería ser maestra y estudió educación en un colegio público de El Alto, Bolivia, pero encontró su vocación de arte, donde aprendió sobre obras famosas como la Venus de Milo y la Mona Lisa.
En la universidad, tuvo la iniciativa de incorporar íconos famosos de la belleza femenina con los rasgos y la vestimenta de las mujeres aymaras como ella.
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"Pinté a la Mona Lisa, con aretes, sombrero de cholita, y su manta (...) vistiendo a la Mona Lisa de una mujer andina", dijo y agregó que pintó el retrato con tela aguayo boliviana, un material multicolor que se usa a menudo para llevar a los bebés", dijo la pintora a EFE.
Y su familia acepta plenamente sus ambiciones.
"Cuando veo a mi hija dibujando y pintando me siento muy feliz", dijo Marcelina Mamani, su anciana madre.
"Yo siempre pedí llorando a Dios que le dé ese don. No quiero que mi hija sufra como yo sufrí", agregó.
Desde abril, Callizaya se ha mantenido a sí misma con un trabajo en el Ministerio de Cultura local y como resultado de una exposición también vendió su primera pintura, una versión anterior de la Cholita Mona Lisa que fue comprada por un ciudadano estadounidense por 50 dólares.