David Pastor Vico es autor de Ética para desconfiados y Filosofía para desconfiados, formado en Filosofía en la Universidad de Sevilla y se especializó en Ética de la comunicación. El escritor hablo con Life and Style en exclusiva acerca de su trabajo como escritor y la relevancia de integrar en nuestro criterio cotidiano la filosofía y la ética, además de sus libros que están teniendo gran aceptación entre los lectores mexicanos.
Life and Style. En función de los hechos actuales ¿podríamos pensar que la ética está caducando o está "mutando"?
David Pastor Vico. La ética, por definición, no es más que el modo en el que se relacionan los animales humanos, los otros animales se relacionan de manera etológica (la etología es la ciencia que estudia el comportamiento de los demás animales). Por tanto lo ético es único, inmutable, injuzgable y horizontal, no hay ética buena o mala, ni hay personas poco éticas o muy éticas, esto no es más que un mal uso del concepto por desconocimiento, igual que los que usan con fruición la palabra “cuántico” para verse más cool y se inventan estupideces del estilo del coaching ontológico angelical cuántico… merecen un palo en el lomo, ¿no te parece?
Muy posiblemente, estemos viviendo cambios significativos en nuestra moral, ¿pero cuándo no?
Sin embargo es la moral, o las morales, la construcción cultural que vertebra y regla, según cada momento histórico, la tradición de cada pueblo, o incluso su situación geográfica, la ética, o sea; el modo de relación de cada pueblo, cultura o civilización humana. Así pues, lejos de ser universal e inamovible, las morales cambian, mutan, se fagocitan o imponen unas sobre otras, caducan, se revaloran y se reinventan y sí, son verticales: son impuestas.
Así que es muy acertado pensar que, muy posiblemente, estemos viviendo cambios significativos en nuestra moral, ¿pero cuándo no? Quizá, lo que realmente nos suceda es que tenemos poca memoria, porque estos cambios en las reglas de comportamiento, en cómo vivir nuestra ética, son una constante en el desarrollo civilizatorio. Lo que también es muy probable, es que ahora se esté dando de manera más rápida, y la premura nos permite observar los cambios al pasar de pocos años, cuando antes se precisaban décadas y hasta siglos.
L&S. Con el mundo que estamos enfrentando el lugar común es verlo con filosofía ¿es una salida clara?
DPV. Efectivamente, “ver o hacer las cosas con filosofía”, es un lugar común del lenguaje coloquial, como “a darle que es mole de olla” o “no hay chile que le embone”. Pero lejos del uso rápido de la sentencia, que simplemente invita a tomarse las cosas con tranquilidad, la filosofía es la herramienta más poderosa que hemos inventado para entender y enfrentar la realidad. El gran problema es la pésima campaña de auto-marketing que la filosofía se ha hecho en el último medio siglo. Profesores de bachillerato desmotivados y mal pagados que en muchos casos daban la asignatura siendo historiadores o vete a saber qué, dando esa apariencia de materia barco facilona, aburrida y poco práctica, casi de relleno en los programas educativos. A esto hay que sumarle unos filósofos cada vez más oscuros y crípticos que no querían trascender las paredes de la endogamia universitaria, y mucho menos hacer accesibles sus textos al público general para por no bajarse de su pedestal solitario, o por miedo a que descubrieran que el emperador iba desnudo. Y entonces llegaron los oportunistas a ocupar el lugar que la filosofía había dejado torpemente vacío. ¿Cómo vamos a tomarnos las cosas con filosofía, o cómo nos puede ayudar la filosofía a enfrentar y entender el mundo si donde debían estarlos los libros de los pensadores de verdad, están los de autoayuda, o peor aún, los de esoterismo?
El gran problema es la pésima campaña de auto-marketing que la filosofía se ha hecho en el último medio siglo
Y sí, aunque a la gente le cueste trabajo aceptarlos, por todo lo dicho ya, la filosofía aporta salidas, soluciones y herramientas claras y distintas. Solo hay que perderle el miedo y acercarse a los libros de José Carlos Ruiz, Edu Infante o, si me lo permites, a los míos, para descubrir que la filosofía no es aburrida cuando los filósofos le echamos ganas, y es rotundamente útil.
L&S. Entre tantos discursos que existen entre líderes, redes sociales y la discusión callejera ¿cómo orientar una brújula para estar a salvo?
DPV. Con harto dolor hemos redescubierto que ha salvo que no hemos estado ni estaremos jamás, y eso es muy importante interiorizarlo y comprenderlo y, además, transmitirlo a las próximas generaciones. Cosa que nuestros abuelos hicieron con nuestros padres, pero que a muchos de estos padres se les olvidó recordar a sus hijos y así que en pocas décadas nos hemos convertido en una masa desconfiada, narcisista y frívola, absolutamente ajena a la realidad del mundo que nos ha tocado vivir y de la naturaleza contingente de las cosas. Porque saber que somos fácilmente vulnerables nos obliga a estrechar lazos entre nosotros para protegernos, a confiar en que cada uno asumirá su responsabilidad en el juego de la vida. Porque aquí sí que el que se va por la libre se convierte en zombi, como en las películas malas de serie B. Sabernos invulnerables, nos hace perder el piso, creernos infalibles y, como buenos idiotas, exigimos que nuestra opinión, a la que damos un valor casi sagrado por ser nuestra, sea tomada como verdad inamovible.
Te adelanto que vamos a tener que reorientar la brújula entre todos
Ahora, en los estertores de una pandemia que todavía puede girarse y mirarnos a los ojos con odio y en los albores de un conflicto bélico que nos puede llevar entre las patas a todos, es hora de repensar el mundo. Y si haber sido como somos nos ha llevado a esta situación, tendremos que reinventarnos y ver cómo en el pasado se salió de momentos semejantes y ver si aplica ahora o no ¿Cómo? Ahí están los libros de historia y filosofía, pero te adelanto que vamos a tener que reorientar la brújula entre todos, y no tener cada uno una y buscar cómo salvar su propio culo, eso es precisamente lo que nos ha llevado a estar donde estamos hoy.