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Aumenta la clonación de mascotas, ¿llegará la tendencia a los humanos?

Una de las peores preocupaciones de la ciencia ficción parece cada vez más cerca de hacerse realidad.
jue 14 abril 2022 09:33 AM
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La permanencia de las mascotas en nuestras vidas pueden llevar a este escenario poco convencional.

Todo aquel que ha tenido una mascota sabe lo gratificante que es su compañía, pero también el dolor que causa su partida. Mucho se ha hablado sobre lo triste que resulta que estos seres vivan tan poco y lo maravilloso que sería si pudieran acompañarnos por más tiempo, de ser posible durante toda nuestra existencia, pero esto no parecía más que un sueño imposible. Al menos hasta ahora que la ciencia lo ha hecho posible. O algo así…

La clonación de mascotas se torna cada vez más popular en los Estados Unidos. Esto luego de que la compañía ViaGen reportara un aumento exponencial en sus números desde que ofertó sus servicios al público por primera vez en 2015. “Clonamos más y más mascotas cada año", asegura su gerente de atención al cliente Melain Rodríguez . “Tenemos cachorros cada semana. No hacemos mucha publicidad, buena parte ha sido por el boca a boca”. Aunque la compañía no tiene un registro concreto, habla de cientos de procedimientos, reporta BBC .

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El dato resulta especialmente curioso si consideramos los altos costos: 35 mil dólares por un gato, 50 mil dólares estadounidenses por un perro y 85 mil dólares por un caballo. Por esto mismo los primeros en hacerlo fueron individuos con un alto poder adquisitivo, siendo Barbra Streisand uno de los casos más sonados, quien en su momento explicó que “era más fácil dejar ir si podía conservar una parte [de mi mascota] con vida”, reportó NYT . Esta misma mentalidad es compartida por cada vez más personas que realizan un enorme esfuerzo por compartir un poco más de tiempo con sus seres queridos. O al menos con una parte de ellos.

¿A qué nos referimos? Uno de los aspectos que más amamos de nuestras mascotas es la personalidad, pero los mismos científicos que esta no puede ser duplicada con total fidelidad. Incluso desde ViaGen se explica que el 25% de la personalidad de nuestros animales de compañía proviene de la crianza que les damos, aunque hay quienes dicen que el porcentaje es considerablemente mayor.

Más allá de los numerosos dilemas científicos y éticos que la clonación animal representa, como el alto nivel de enfermedades padecido por estos seres o la reducción de oportunidades para tantos perros y gatos en espera de ser adoptados, la popularización del procedimiento no terminará aquí. Todo lo contrario, apenas da sus primeros pasos, lo que invariablemente obliga a pensar que tal vez no estemos tan lejos de que la técnica llegue al ser humano.

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Humanidad clónica: ¿qué tan lejos estamos?

Por años, la ciencia ficción ha arrojado toda clase de mensajes preventivos sobre la clonación centrados en una técnica fuera de control por su uso indiscriminado y que no se detiene a pensar en las consecuencias. Aunque hay casos excepcionales como Jurassic Park, casi todas estas obras se centran de lleno en una replicación humana que persigue toda clase de fines poco éticos. Esto incluye cría de personas sintéticas para el uso de sus órganos como se vio en La isla (2005) o Nunca me abandones (2010), para la sobreexplotación corporativa como la vista en La luna (2009) o con fines comerciales como El sexto día (2000). Esta última, no está de más decirlo, es la única superproducción que ha plasmado la clonación de mascotas.

El interés del género en el tema se disparó con la oveja Molly, lo que a su vez contribuyó a potenciar el nerviosismo en torno a la duplicación humana. No es de extrañar que desde entonces numerosos estudiosos de la materia hayan asegurado que las investigaciones no persiguen estos fines y que sólo apuntan al humano para la replicación de tejidos dañados, como podrían ser órganos enfermos o piel quemada, o para la erradicación de enfermedades degenerativas y autoinmunes. Todo esto, garantizando además que la clonación total de un humano nunca se realizará.

Aseguran además que es una tarea casi imposible, ya que el ser humano es el animal más complejo de todos, pues posee elementos como la conciencia que son virtualmente imposibles de entender y por ende de replicar. Pero si hay algo que hemos aprendido a través del tiempo es que las buenas intenciones de la ciencia no siempre coinciden con todos los intereses que la rodean.

Si las personas están dispuestas a pagar una fuerte suma de dinero para mantener con vida al menos una parte de sus mascotas, hay buenas razones para pensar que harían lo propio por una persona a la que aman: un hijo, una pareja, un padre… Incluso por ellos mismos, pues numerosos estudios coinciden en que la clonación es vista como una afrenta directa a la muerte.

Es un hecho que todavía quedan muchos aspectos por corregir, como los padecimientos que aquejan a los animales clónicos y que reducen significativamente su esperanza de vida. No hay razón para pensar que esta situación no cambiará con el tiempo. En cuanto a la conciencia, existen muchos estudios paralelos sobre el cerebro humano que apuntan a la inteligencia artificial, pero que bien podrían ser aprovechados para la evolución clónica.

De hecho, los esfuerzos por clonar personas ya son una realidad. No nos referimos a los ya mencionados tejidos, sino al llamado Proyecto Neandertal que, tal y como su nombre lo indica, gira en torno a la figura del humano primitivo. Un estudio sumamente controvertido que originalmente apuntaba a la genética de estos seres con el fin de fortalecer la nuestra, pero que más recientemente ha buscado resucitarlos para estudiarlos a fondo. En el papel, no suena muy distinto a las investigaciones que buscan recrear mamuts o tigres dientes de sable, pero en la realidad se trata de un programa mucho más complejo. Tan es así que ha inspirado incontables debates que van de lo biológico donde se habla de individuos que no tienen muchas posibilidades de sobrevivir en el contexto actual a lo social sobre el hecho que las constituciones del mundo no hablan de personas sintéticas y mucho menos de neandertales. A esto sumemos que, en caso de vivir en libertad, sus diferencias podrían resultar en una forma de discriminación nunca imaginadas.

La clonación animal ya es una realidad y más vale que nos adaptemos a ella. Pues como ya hemos visto, hay buenas razones para pensar que esto no es sino una brevísima escala rumbo a la tan especulada clonación humana. Y entonces, el futuro nos habrá alcanzado.

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