"Voluntarios" llegados de lejos
Declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1986, Stonehenge no fue, defiende Greaney, construido por esclavos sino por "voluntarios" movidos en una especie de peregrinación espiritual.
"Tal vez una vez en tu vida, ibas a pasar un año ayudando con el gran proyecto religioso comunal, que debía resolver (...) la relación con los dioses", explica.
A 3 km de aquí, en Durrington Walls, se hallaron en 2004 restos de pequeñas casas, hechas con ramas entrelazadas y recubiertas de yeso, donde podían alojarse cientos de trabajadores venidos de lugares lejanos, que vestían tejidos de fibras naturales y calzaban zapatillas de piel rellenas de hierba contra el frío.
En la exposición, Wilkin busca también establecer los vínculos de estos pueblos con el continente europeo en un "mundo interconectado" por grandes migraciones.
Para empezar, "la idea de convertirse en agricultores llegó del continente", asegura. "Así que seguimos ese movimiento a través de los objetos que se movieron con ellos".
Como un cabezal de hacha fabricado con jadeita verde extraída a 1 mil 300 km de aquí, en los Alpes italianos, y llevada a la región hace 6 mil años. Se conserva en el Museo de Wiltshire junto otras piezas de la prehistoria local, incluida una cuenta de cristal rojo procedente del Mediterráneo, que demuestran estas amplias conexiones europeas.