Las concepciones modernas del bienestar hacen énfasis en el equilibrio entre el estado físico, mental y emocional de las personas, así como en un proceso dinámico de cambio y crecimiento. Mucho de esto tiene que ver con nuestra capacidad de desconectarnos de nuestros entornos académicos o laborales para dar paso a la expresión de intereses personales, la práctica de hobbies, el contacto con la naturaleza y el cuidado de nuestro cuerpo.
Un reciente viaje a San Miguel de Allende fue la oportunidad perfecta para hacer una pausa de la rutina laboral y explorar a lo largo de tres días los universos de los autos, los vinos y el cuidado personal, gracias a una iniciativa conjunta de Maserati, Natura Bissé y el hotel Live Aqua.
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El primer día, tras instalarnos en las habitaciones del hotel, uno de los más acogedores y con más personalidad de la ciudad, emprendimos el rumbo hacia los viñedos Tres Raíces, localizados a medio camino entre San Miguel y Dolores Hidalgo. Los poco más de 20 kilómetros de distancia abrieron la posibilidad de poner a prueba todas las capacidades del nuevo Ghibli que, además de su impecable diseño italiano, cuenta con un potente motor y características que hacen del manejo una experiencia segura y estable. El yo amante de la velocidad y la conducción cómoda tomó las curvas, rebasó y se internó en tramos de terracería con tal fluidez que olvidarse de los pendientes de la oficina fue tarea fácil.
Tres Raíces es una de las vinícolas más jóvenes de la región, pero sus instalaciones y el profundo conocimiento que su personal tiene del proceso de elaboración del vino son realmente remarcables. Caminar entre las vides, sentir la tierra crujir bajo los zapatos y admirar un paisaje en el que la intervención humana podría pasar desapercibida por momentos fue ayudando a bajar las revoluciones, en preparación a una comida maridada con las creaciones de los enólogos de la casa a la que, por momentos, la puesta de sol le robó el protagonismo.
El segundo día estuvo destinado a la exploración del mundo de Natura Bissé, especialmente, de los productos de la colección Diamond Well-Living, una gama de productos para el cuidado corporal que mediante el uso de ingredientes naturales demuestra el compromiso de la marca con el medioambiente.
Las instalaciones de Feel Urban Spa sirvieron como telón de fondo para una serie de tratamientos corporales y faciales que, uno a uno, fueron induciendo a este estado de paz mental y relajación que había comenzado el día anterior.
Una exfoliación y un wrap corporal con efecto desintoxicante, un masaje relajante y un facial para devolver un buen aspecto al rostro –todos realizados con los productos estrella de la marca española– concluyeron con un tiempo de descanso en el área de relajación.
Las distintas propuestas gastronómicas del hotel –algunas como Zibu y Mario Canario, a cargo del chef Eduardo Palazuelos–, sus comodísimas camas y el esmerado servicio de su personal terminaron por crear esa atmósfera ideal para el descanso y la desconexión. De momento, no queda más que aferrarnos al recuerdo de esos tres días que, a manera de paréntesis, nos permitieron recargarnos de energía y recuperar el equilibrio que la frenética rutina diaria se empeña en robarnos hasta la siguiente escapada.