La Feria Internacional del Libro de Guadalajara es un gran evento de la literatura de habla hispana y un referente global de las letras, este espacio ha sido fundamental para la discusión de temas nacionales, más de uno debería estar preparado antes de pasar por estos foros.
En el caso de la literatura, muchas veces se margina la tarea del traductor, y siendo México un país con consumo de libros procedentes del exterior y en lenguas distintas a la hispana, el trabajo del traductor literario se ha invisibilizado.
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La Asociación Mexicana de Traductores Literarios (Ametli), habló con Life and Style por medio de su vicepresidenta Claudia Cabrera y Arturo Vázquez su presidente, acerca de la relevancia y la invisibilidad de los traductores literarios en México.
“Ha sido una lucha larga, buscando los derechos morales de los traductores, como el nombre en la portada, menciones en reseñas y los beneficios por su trabajo sean respetados”, comentó Cabrera.
Los traductores literarios realizan una tarea muy importante en la adaptación de material de lenguas extranjeras al idioma mayoritario de México, sin embargo su esfuerzo no cobra relevancia para la mayor parte de las editoriales.
“Hay países como España y Alemania donde ya se les da reconocimiento y beneficios a los traductores literarios, es una forma de hacer valer lo que los derechos internacionales le dan a nuestra tarea”, apuntó Claudia Cabrera.
Aunque México consume grandes cantidades de literatura traducida no se conoce la proporción del mercado que esto representa y eso vulnera los derechos de este gremio, reconoce Arturo Vázquez.
“Hemos buscado tener acercamientos con la FIL, tener un espacio con Marisol Schulz, directora de la feria, para gestionar espacios para los traductores literarios e impulsar esta tarea en México, pero nos hemos quedado esperando respuestas desde hace ya varios años”, señaló Vázquez.
El presidente de Ametli identifica que las leyes mexicanas ya les dan estos reconocimientos como el que este trabajo, conocido como obra derivada y al traductor como autor, no se está respetando por los editores y crea prácticas en desventaja para su producción.
“Un contrato no puede establecerse en cesión de derechos para la explotación de una obra de forma permanente. En México se le cancela la posibilidad de que el autor ceda o no sus derechos, el pago de la traducción no implica el perder los derechos de la obra en su totalidad”, detalla el presidente de la asociación de traductores literarios.
Lo que se busca es un cambio en el paradigma contractual, invitando a los editores a revisar a detalle los contratos con la cesión de derechos, no más de 7 años
Los derechos que buscan se hagan valer son: la visibilidad de su obra, el derecho a aparecer en la portada del libro y en cada caso que se hable de la obra traducida se mencione al traductor.
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Logros y retos de la traducción literaria
Aunque es fundamental atraer estas lecturas del mundo a la lengua mayoritaria de los mexicanos ¿qué pasa con esos más de 7.3 millones de mexicanos no hablantes del español?
“Nuestro país es enormemente diverso por sus características físicas, étnicas y sociales, aunque hablando puntualmente de lenguas esto se complica un poco más”, señala Vázquez.
Aunque las lenguas más habladas en el país son el náhuatl, maya y tseltal, las variantes resultan un grado de complejidad mayor a la hora de realizar una traducción literaria.
“Tuvimos un ejercicio muy lindo con El Principito de Antoine de Saint Exupery, lo llevamos al zapoteco con el trabajo de hablantes de ese idioma y Odilia Romero, directora general de comunidades indígenas en liderazgo (CIELO) y con el apoyo de la Embajada de Francia en México”, recordó Vázquez.
Este trabajo resultó en una edición en zapoteco escrito que se distribuyó en Teotitlán del Valle, Oaxaca, un municipio a menos de una hora de la capital del estado.
“El problema aquí es que nuestra versión es para la variante del zapoteco de esa región de los Valles Centrales de Oaxaca y por el plurilingüismo que existe en un solo estado esta traducción se vuelve muy particular”, detalló.
A la par de las variantes lingüísticas existe un atraso en la cobertura de alfabetización en estos municipios por lo que las tareas de desarrollo de textos para estas comunidades se margina aún más.
“Hay comunidades en las que la lengua escrita es prácticamente nula, por lo que el trabajo deberá ser en varios frentes para poder tener una estructura que nos ayude a compartir más conocimiento a estos mexicanos”.