Respiras aire fresco
Incluso con buena ventilación, el aire de adentro no se compara con el exterior (aunque, en lugares como la CDMX quizás haya que ser más estratégicos al respecto). Existen distintas investigaciones que indican que la mala calidad del aire afecta la productividad. Y aunque en teoría puedes eliminar fuentes contaminantes del aire, tampoco es algo que puedas controlar fácilmente.
Otro factor a considerar es el aromático. ¿A quién no le resulta inspirador y relajante trabajar rodeado de aromas de la naturaleza? Lo más parecido que puedes lograr en interiores es prender una vela aromática o usar aceites esenciales, pero siendo sinceros, no hay punto de comparación.
Te beneficias de la luz del sol
No se sabe exactamente por qué sucede, pero la exposición a la luz solar incrementa los niveles de serotonina, lo que a su vez mejora el humor, es calmante e incrementa la concentración, cosas que definitivamente necesitamos para hacernos la jornada laboral más llevadera.
Te hace romper con la rutina
Trabajar en el mismo lugar todo el día te estanca tanto física como mentalmente. Los cambios ambientales en tu entorno de trabajo te hacen pensar diferente y adoptar nuevas perspectivas. Estar al exterior estimula tus procesos mentales y te ayuda a encontrar soluciones más creativas a los problemas y situaciones que enfrentas en el trabajo.
El factor impredecible
Necesitamos cierto nivel de estabilidad ambiental a la hora de trabajar, claro. Por eso las oficinas están techadas, casi inmunizadas a las circunstancias climáticas, y la mayoría de ellas tienen una temperatura regulada. Y aunque eso funciona (no queremos trabajar con la computadora en la lluvia, obvio), también es cierto que ese grado de predictibilidad es aburrido. Trabajar al exterior hace que tu ambiente se vuelva un poco más dinámico y espontáneo con cambios de luz, hojas que caen, animales que pasan… básicamente, te integran al flujo natural del mundo.
Es más fácil fluir
Una de las mejores cosas que te pueden pasar en la vida laboral es conseguir el famoso estado de fluidez o flow state, en el que te concentras tanto que todo parece desarrollarse con una facilidad impresionante. Un estudio de la Universidad del Sur de Queensland destacó que “involucrarse en contextos naturales seguros” hace que sea más fácil entrar en estado de fluidez.