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¿Por qué no le gustas a nadie? Esto es lo que pasa contigo

Si eres soltero pero no quieres serlo, es posible que sea porque estás haciendo alguna de esas cosas.
dom 24 octubre 2021 10:43 AM
¿Por qué no le gustas a nadie? Esto es lo que te puede llevar a tener esa creencia.
¿Por qué no le gustas a nadie? Esto es lo que te puede llevar a tener esa creencia.

Típico: un fin de semana más en el que no ligaste, te ghostearon, te deprime tu soltería y piensas que algo está mal contigo. En pocas palabras, este domingo no te sabe a nada más que a domingo de bajón. Feo no eres. Insoportable, tampoco. ¿Qué está pasando? Hay muchas razones por las que, aunque estés listo para una relación, simplemente no se dé.

Lo más importante en estos casos es entender algo: no es que no le gustes a nadie. Tú solito te estás saboteando, y es hora de es trabajar en la autocompasión y la paciencia para lidiar con la frustración. Para lograrlo, debes entender las razones que te están haciendo pensar que eres indeseable.

Estas son algunas de las razones principales por las que podrías creer que no le gustas a nadie.

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Crees que no te lo mereces

Suena a libro de autoayuda pero es muy cierto: si tú no te quieres, nadie más lo hará. Se ha demostrado en algunos estudios de citas en línea que tendemos a salir con persona que tengan un nivel de atractivo, de ingresos y de educación similar al nuestro. Ojo: lo importante de aquí es que en realidad pensamos que esa personas cumple con estas características. Dicho eso, ¿qué piensas de ti mismo? Si tú solito te das pena, esto puede truncar tu capacidad de iniciar contacto con la gente, o bien, llevarte a personas con problemas de compromiso. También puedes sentir que tu fealdad, timidez, o lo que sea que creas que tienes, haga que sea imposible que encuentres pareja o que llegue pura gente que no te guste, y que dejes de intentarlo. Tal vez te lastimaron y crees que no mereces ser amado o te da miedo ser vulnerable y que te vuelvan a hacer algo.

Estos pensamientos pueden llevarte a buscar el amor de formas que son, honestamente, autohumillantes, en las que prácticamente “pagas” por amor, porque crees que tú por tus propios méritos no lo mereces. Así, minimizas tus necesidades para que la otra persona esté bien, modificas tu imagen por desesperación y no por un deseo propio, gastas de más para quedar bien porque crees que tu presencia no es suficiente.

Estás demasiado necesitado

Tienes una necesidad tan intensa de amor que abrumas a tus parejas potenciales. Necesitas que tu persona dé señales de interés… todo el tiempo, y aún así nunca es suficiente. Prácticamente ruegas por atención, pero a veces tu inseguridad no la puede aceptar cuando la recibes. Así, necesitas parejas que todo el tiempo te digan las razones por las que mereces ser amado, y eso es abrumador para cualquiera. Tu inseguridad te hace necesitar mucha atención y eso es mucho pedir, y por eso acabas solo.

Lo que tú necesitas es entender cómo tu desesperación te está afectando y comprender por qué necesitas tanta validación. Esto, de manera casi inevitable, nos llevará a traumas del pasado que no has resuelto.

Pides demasiado

Tal vez tus papás y el mundo te han halagado tanto que sientes que el resto del mundo no es suficiente para ti. Así, te creas unas expectativas cero realistas y te vuelves demasiado selectivo. No te vas a conformar con alguien que no sea perfecto, pero te tenemos noticias: nadie es perfecto. Ni tú mismo.

Esto también se puede desviar en otro tipo de patrón de pensamiento: eres tan exigente que estás consciente de todas tus imperfecciones, y como crees que los demás son tan exigentes como tú, sientes que nadie te va a querer.

Debes reevaluar lo que buscas en una pareja y reconocer que estás limitando muchísimo tus opciones. Analiza tu sistema de creencias y empieza a abrirte a nuevas personas.

Estás muy presionado

Quizás eres el único soltero de tus amigos, quizás tu mamá muere por un nieto. Estos factores suelen aumentar la presión por encontrar una persona, pero también te hacen sentir vergüenza, desesperanza y desesperación… y muchas veces eso nos hace terminar con la persona incorrecta y terminar las cosas poco tiempo después, porque obvio, no funcionaron. La respuesta a esto es simple: entiende que no tienes por qué cargar con expectativas ajenas. No hay prisa. Y si lo que quieres es estar soltero por siempre, también está bien.

Traumas de relaciones anteriores

Te lastimaron y tienes miedo de que lo hagan de nuevo. Por consiguiente, te cuesta trabajo tener o mantener relaciones nuevas. Y es obvio: si cada vez que hacías algo resultaba en tragedia, empiezas a esperar que todo resulte en lo mismo y crees que el mundo está en tu contra. Y lo que es peor: después de tanto golpe, la frustración , el enojo y la desesperación hacen que pienses que no vale la pena cuidarte físicamente (¿para qué verte guapo si te va a ir mal de todas formas?), que cada vez te sientes menos seguro de ti mismo, y por lo tanto, menos apto para conocer a alguien nuevo.

El mundo entero te puede hacer malas jugadas. Sin embargo, eso no deja de hacerte una persona sólida, valiosa y amable. Nunca lo olvides. Si no trabajas en reforzar estas creencias, tu poca confianza te va hacer ver a todo el mundo como una amenaza, como alguien que va a querer algo de ti, se lo vas a dar y te va a abandonar. Esto te va a poner a la defensiva –en el peor sentido– cada vez que inicies una relación, por más que genuinamente quieras conectar.

Hiciste las cosas mal una vez

Pasa mucho: crees que cometiste un error en una relación anterior, y ahora piensas que lo vas a hacer siempre. Por lo tanto, vas autosaboteándote –y a tus relaciones– por la vida. Recuerda que tú decides cómo comportarte, y aunque requiere algo de esfuerzo, cambiar siempre es posible. Además, las parejas que vengan en el futuro no son tu ex. No tiene por qué existir la misma problemática, en primer lugar. No te cierres a nuevas oportunidades.

Sanar de experiencias del pasado toma tiempo y es muy normal. Sin embargo, es algo que no sucede mágicamente. Proponte hacer un esfuerzo activo para volver a ver el mundo –y a la gente– como un lienzo en blanco.

No ha llegado el momento

A veces la respuesta es así de simple. Puede ser que estés consciente de lo increíble que eres, que tus traumas pasados estén bien trabajados, e incluso puedes sentirte identificado con cualquiera de los puntos anteriores, pero no de una manera en la que no puedas lidiar con esos retos. Es decir, puedes ser una persona completamente apta para una relación sana. Sin embargo, puede ser que la oportunidad simplemente no se haya presentado. Por alguna razón, las cosas no se han alineado, y aquí no hay mucho que hacer pero sí algo que recordar: la paciencia es una virtud. Busca el equilibrio: no te quedes encerrado en tu casa esperando a que la pareja perfecta aparezca mágicamente a tu lado, pero tampoco vayas por la vida buscando con ansias el amor. Trabaja en sentirte bien con la soltería. Haz las cosas que te gustan, experimenta con cosas nuevas, y recuerda uno de los mayores clichés de la vida: las personas valiosas llegan cuando menos las esperamos.

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