La edición de 2020 de What Design Can Do se canceló por la pandemia, y ahora están de regreso. ¿Qué pasó en ese inter y cómo fue el proceso de reiniciar todo? Hay algunos invitados que coinciden con los del plan del evento anterior, pero también hay nuevos.
Sí, algunos invitados siguen, pero no los tuvimos a todos por toda clase de razones. Algunos por agenda, otros por el peligro. También el tiempo fue un gran disruptor. El evento estaba planeado para mayo del año pasado y tuvimos que pasarlo para octubre, pero luego tuvimos que cancelarlo. Ahora ya es octubre otra vez, así que nos tomó año y medio tener una fecha nueva. Me da mucho gusto poder hacerlo ahora, con todas las restricciones y en un espacio abierto. La mayoría de nuestros speakers estarán de forma presencial pero también tenemos algunas conexiones en línea. En ese sentido, me encanta poder hacerlo todo.
A nivel creativo, ¿qué reflexión te desató este intermedio?
Nosotros tenemos dos programas. En uno organizamos talleres, conferencias y todo tipo de eventos en Amsterdam y ciudades como Sao Paulo, Tokio, Nueva Delhi y Nairobi, y se cancelaron en cuanto comenzó la pandemia. Por otro lado tenemos un programa de retos, que es un programa internacional en el que convocamos a diseñadores de todo el mundo para pensar en soluciones para problemas grandes. En este momento es un No Waste Challenge. Esto es a nivel global, es una iniciativa nativa digital, pero los demás son eventos de locación. Entonces, en cierto momento pensamos en hacer un evento en línea, pero decidimos no hacerlo porque para nosotros era importante reunir a la gente, porque esa es nuestra esencia. Sí, podemos hacer muchas cosas en línea y tenemos un lugar ahí, el Challenge, que tuvom ucho más éxito del que esperábamos y todo fluyó de maravilla. Pero después de hacer algunos eventos en línea, vimos que no teníamos la convivencia, que es gran parte de la creatividad en general. En línea es mucho más difícil tener eso.
¿Qué es lo que puede hacer el diseño en un mundo pandémico?
Dar comodidad. Si haces una relación muy directa, si tienes una casa bonita, cómoda, bien diseñada, te la pasas mejor en tiempos de coronavirus. Por otro lado, también vimos que muchos diseñadores trataron de encontrar soluciones a todo tipo de problemas. Esta actitud es esperanzadora y nos hace ver que hay algo más allá del horizonte. Tal vez no todas las soluciones funcionaron, pero la idea de que la gente trabajara en alternativas y soluciones es en sí mismo algo importante. Hubo un sentido de activismo al que la gente respondió, por ejemplo, a las consecuencias de la pandemia, la desigualdad, la soledad… de repente la crisis climática ya no era lo único. Se sigue trabajando en ella, claro. Vimos que la gente se hizo muy crítica y muy activa en un sentido activista.
¿Qué retos tenemos como sociedad en los que el diseño pueda hacer un cambio?
Hay muchos. Por ejemplo, en cuestiones de cambio climático, el diseño circular es súper importante y ya es algo en lo que se está trabajando. Nuestro No Waste Challenge surgió de eso. El punto al hablar de cambio climático es la adaptación. Por ejemplo, en Holanda tenemos que lidiar con el océano y hay toda clase de soluciones orientadas a diseño, que planean solucionar la relación con distintos niveles de agua, con cosas como casas flotantes, o por ejemplo una cancha de basketball que también puede almacenar agua, et cétera. Un tema enorme es la transición energética, el cómo vamos a trabajar con energía solar y cómo vamos a lidiar con la pobreza energética, es decir, cómo haremos para que todo el mundo tenga acceso. Cuando ves el cambio climático como adaptación, también ves que hay muchos temas que derivan de esto, como los refugiados climáticos en África. Hay temas globales que son urgentes para México, también, como la sustentabilidad, la igualdad de género, y estamos viendo el tema de la descolonizar el diseño. Son dos problemas relevantes para la audiencia mexicana y espero que resuenen con la gente.
Profundicemos en la descolonización del diseño...
El diseño siempre se ha visto desde una perspectiva, y a la fecha sigue siendo una influencia muy grande en los países que alguna vez fueron colonizados. Claro que el diseño europeo siempre ha sido predominante, pero también hay que cambiar la forma en la que percibimos la artesanía porque a veces la gente la ve como algo menor, y creo que es algo muy discutible porque la cultura artesanal es muy importante y en algunos países tiene un nivel altísimo y debe valorarse de la manera correcta. Por ejemplo, en Delhi hay una escuela importante de diseño, pero todo su currículo está basado en el modernismo, que es un movimiento europeo que surgió de la destrucción de Europa por las guerras. Es increíble para Europa pero no para Delhi. Si ves la industria de la moda, por ejemplo, está ocurriendo algo único en Kenia y Ghana, un movimiento muy significativo en el que están dejando de voltear a Milán ya París para tomar una dirección propia. Creo que algo así pasa en México. Es un lugar muy rico en cultura pero tiene un punto de vista europeo y americano. Falta descubrir el punto de vista mexicano.
Quizás viene de un tema de endofobia…
Sí, sí lo creo.Y siendo muy honesto, lo he vivido. Invitamos a muchos mexicanos a hablar en Ámsterdam, y estaban nerviosos, obvio, como mucha gente, pero estaban en una posición en la que veían el trabajo de los demás hacia arriba y el suyo hacia abajo. Me dio mucha pena. Por favor no hagan eso porque estamos impresionados con lo que hacen. Compartan lo que hacen con el público porque a la gente le fascina.
De los speakers que What Design Can Do, algunos eran de la edición que no sucedió, pero también hay varios nuevos. ¿Cuáles fueron los criterios para elegirlos?
Tratamos de hacer un programa que no fuera de una sola mentalidad. Así que no sólo tenemos nombres como Stefan Sagmeister o Eric Kessels, sino que tenemos a todo tipo de gente, ya sea emergente, o gente que trae una historia que tal vez no es tan conocida pero debería. También tenemos líderes con mucha experiencia. Siempre tratamos de mezclar. También, como nuestro enfoque es social y ambiental, involucramos a personas con otras perspectivas y profesiones: periodistas, científicos, urbanistas o incluso jefes de gobierno. Por ejemplo, me da gusto que Claudia Sheinbaum vaya a participar. Está Nacho Padilla, director creativo en el Consejo de Bracelona, el documentalista Josh Fox, entre otros.