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Mitos y realidades de la visión

En el Día de la visión, desmitificamos algunas creencias comunes sobre la vista humana.
jue 14 octubre 2021 07:47 AM
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Con tanta información cuestionable en el internet sobre la salud ocular, puede ser difícil separar los mitos de las verdades. Hoy celebramos el Día de la Visión explorando algunos de estos puntos para comprobar o desmentir su veracidad.

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Mito: Sentarse muy cerca de la tele es malo para los ojos

Aunque puede hacer que tus ojos se sientan cansados, no existe evidencia de que ver la tele sentado muy cerca de ella dañe los ojo o la visión. De hecho, de niños tenemos una gran habilidad para concentrarnos en objetos cercanos, así que sueles ser natural y cómodo sentarse cerca de la tele.

Realidad: El alcohol te puede dejar ciego

Esto ocurre cuando tomas alcohol adulterado, claro. Frecuentemente, a las bebidas adulteradas se les agrega metanol para que puedan diluirse sin perder potencia. Sin embargo, el metanol puede dañar el nervio óptico y dejarte ciego, o incluso podría matarte si lo consumes en altas cantidades.

Mito: Comer zanahorias te ayuda a ver mejor

Las zanahorias tienen mucha vitamina A, esencial para una buena vista, pero comerlas en grandes cantidades no te va a ayudar a tener una visión 20/20 ni a ver mejor en la oscuridad, como suele creerse. Este mito popular viene por la ceguera nocturna y pérdida de visión que hay en países subdesarrollados, que es un síntoma de desnutrición. La cantidad de vitamina A que necesitamos es relativamente pequeña y se puede conseguir de manera natural con una dieta balanceada.

Realidad: La luz brillante te puede hacer estornudar

Entre el dieciocho y el treinta y cinco por ciento de la gente estornuda cuando mira al sol o cuando sale a la luz. No se sabe mucho sobre el porqué de este fenómeno, pero parece ser que es un rasgo hereditario.

Mito: Leer con poca luz puede dañar tus ojos

No hay evidencia que avale esta creencia. Sí, tus ojos trabajan más y se pueden cansar, pero no se ha demostrado que genere un daño permanente.

Realidad: Vemos las cosas de cabeza

Sin embargo, gracias a nuestro cerebro vemos todo como debe ser. Lo cierto es que cuando la luz que refleja un objeto pasa a través de las lentes de los ojos, se proyecta en la retina de manera invertida. El cerebro es el encargado de hacer que interpretemos esa proyección de manera derecha. También la voltea de manera horizontal. Como experimento, tómate una foto y haz una versión invertida (lo puedes hacer gratis en Snapseed). ¿Qué versión de ti mismo te gusta más? A muchos les gusta más la versión invertida porque es la más parecida a la que vemos en el espejo.

Mito: Usar lentes deteriora tu visión

Es común creer que una vez que empezamos a usar lentes, nuestra visión se deteriora y necesitamos una graduación cada vez mayor. La realidad es que la visión puede empeorar, principalmente en la niñez y en la adolescencia, y esto depende mucho del uso de lentes. Además, a partir de los 40 la mayoría de la gente sufre un deterioro con o sin lentes.

Realidad: Los recién nacidos no tienen lágrimas

Los lagrimales no se forman completamente sino hasta al menos dos semanas después del nacimiento. Sin embargo, las glándulas lagrimales sí producen líquido para mantener los ojos lubricados.

Mito: A medida que envejeces, no hay nada que puedas hacer para prevenir la pérdida de visión.

Aunque casi todos los seres humanos desarrollamos cierto grado de presbicia, y eventualmente cataratas, no debemos ignorarlo. Tratar estos problemas a tiempo te puede permitir ver claramente de nuevo. Incluso, hay enfermedades, como glaucoma y degeneración macular, que pueden ocasionar daños severos y permanentes si no se tratan a tiempo. Por eso, a partir de los cuarenta se recomienda someterse a chequeos oculares anuales.

Realidad: Tener un punto ciego en la visión es normal

Si notas algo anormal con tu vista, ve a un doctor. Pero también es cierto que tenemos un punto ciego que no notamos fácilmente porque el cerebro lo rellena. Para entender esto, notemos lo siguiente. El proceso de ver ocurre cuando células fotosensibles absorben luz y la convierten en señales que nuestros cerebros usan para producir lo que conocemos como vista. Estas células están en la retina, pero hay un área pequeñísima en la parte central trasera en cada ojo en la que pasan nervios y vasos sanguíneos y no hay células fotosensibles. Ahí está nuestro punto ciego.

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