Aumenta tu riesgo de enfermedades
La gente que se salta el desayuno corre mayor riesgo de contraer diabetes del tipo dos, obesidad ocasionada por resistencia a la insulina y regulación hormonal, así como un mayor riesgo de ataques cardíacos e hipertensión.
Privas a tu cuerpo de nutrientes esenciales
El desayuno es el momento perfecto para darle a tu cuerpo los nutrientes que necesitas para triunfar en el día a día, como fibra y vitaminas. Saltarte el desayuno puede hacer que no consumas estos elementos en las cantidades que necesitas, lo que a su vez genera problemas de salud a largo plazo.
No desayunar afecta tus niveles de azúcar en la sangre, lo que a su vez hace que te dé hambre y que tu humor se altere. Además, tus niveles de energía y tus funciones cognitivas disminuyen.
Se te antojan alimentos menos saludables
Al no desayunar no tienes energía ni nutrientes desde la noche anterior, lo que te hace más propenso a tomar malas decisiones, como romper el ayuno con una dona en lugar de una fruta. Y muchas veces no sucede porque quieras, sino porque ya va avanzado tu día y estás fuera, no tienes tiempo de cocinar o pasan mil cosas, y lo más fácilmente disponible es algo chatarra.
Agiliza tu cerebro
El ayuno intermitente puede hacer que tu cerebro se agilice y se mantenga en mejor estado, según algunos doctores e investigadores. Después de doce horas de ayuno, el cuerpo entra en estado de cetosis, que es cuando quema grasa en vez de carbohidratos. La grasa es un combustible superior para el cuerpo y el cerebro, entonces, saltarte el desayuno puede hacerte más ágil mentalmente.
Tu proceso de envejecimiento va en retroceso
El ayuno bien llevado te lleva a un estado llamado autofagia, en el que el cuerpo se deshace de su “basura” celular, como crecimiento cancerígenos y disfunciones metabólicas, en un intento de hacer el cuerpo más eficiente.
Tu sistema inmunológico se apaga
Se ha visto que para mantener niveles inmunológicos saludables, el cuerpo necesita alimentarse constantemente.
Tu acidez estomacal se intensifica
El cuerpo está mecanizado para liberar ácido en el estómago cuando tiene hambre, porque en teoría cuando eso pasa vas a comer algo y el cuerpo va a tener que digerirlo. Sin embargo, cuando no hay comida, el ácido subirá a otras áreas del estómago, e incluso al corazón.
Te mareas y te duele la cabeza
La falta de combustible en el cerebro hace que sus células funcionen menos, y por eso nos mareamos y nos duele la cabeza. Es la forma de nuestro cerebro para decir que necesita ser alimentado.
Te falta proteína
En teoría, el desayuno tendría que ser rico en proteínas, para así mantener nuestros niveles de energía durante el día. Si no desayunas pierdes una oportunidad para cubrir tu ingesta diaria.
Crecen bacterias buenas
Según la microbiología, saltarte el desayuno como parte del ayuno intermitente incrementa la mucosa necesaria para el crecimiento de bacterias buenas.
Tu aliento empeora
Si de por sí el mal aliento es un clásico mañanero, no desayunar sólo lo hace peor, pues no hay nada que neutralice el olor.
Tienes mayor riesgo de obesidad
Saltarte el desayuno te hace cuatro veces más propenso a ser obeso, pues al no tener comida aumentan tus antojos de comida azucarada.
Liberas endorfinas
Cada vez que te saltas una comida, el cuerpo libera químicos para estimular la liberación de energía almacenada. El cuerpo percibe este ayuno como hambruna y comienza a comerse a sí mismo para sobrevivir. Las funciones no esenciales del cuerpo, como la memoria, se debilitan, y se liberan analgésicos naturales: endorfinas, hormonas famosas por hacerte sentir bien. Eso hace que puedas sentirte bien si no desayunas, pero no significa que tu cuerpo no esté batallando para funcionar.