Toma un descanso
Sentir que no quieres hacer nada puede ser señal de que estás estresado o que estás sufriendo de burnout . En esos casos, tomar un descanso para cuidar de ti es lo mejor que puedes hacer. Considera designar en tu calendario “días de salud mental”, en lo que te vas a dedicar a ser bueno contigo y a dejar tus expectativas de lo que según tú tienes que lograr. En su lugar, aprovecharás para hacer actividades que te hagan sentir renovado, como leer, escuchar tu música favorita, salir a caminar, o bien, tomar una siesta.
Sé bueno contigo
Entiende que lo que te está pasando es normal. Ser compasivo con uno mismo no sólo se trata de ser amable contigo, sino de entender que tus experiencias son parte de la condición humana y tomar consciencia de tus emociones, sean buenas o malas. En un par de estudios se ha demostrado que ejercer este tipo de autocompasión puede reducir los sentimientos de estrés, depresión y ansiedad.
Sal a caminar
Es increíble lo que el movimiento puede hacer por la mente, y por movimiento no nos referimos a algo nivel rutina de crossfit, sino al simple acto de caminar. El ejercicio es muy efectivo para tratar y prevenir los síntomas depresivos. Si tu caminata es en la naturaleza, el efecto es mucho mayor.
Habla con alguien
A veces, rebotar nuestros sentimientos con alguien de confianza nos ayuda a quitarnos la mentalidad de falta de inspiración. Piensa en alguien que podría entender tu situación y platica con él o ella sobre lo que te está pasando.
Haz planes
Podrás no querer hacer nada, pero sí puedes planear hacer algo, lo que quieras. Imaginar o visualizar lo que queremos hacer ayuda a aumentar la motivación, la sensación de placer y la simple antelación nos da una sensación de recompensa.
Empieza con algo pequeño
A veces sólo necesitas un empujoncito. No pienses en la montaña de tareas que tienes pendientes: elige algo pequeño y hazlo. Puede ser algo tan simple como lavar los trastes, tender la cama , contestar un mail… cualquier cosa que no requiera mucho esfuerzo físico o mental. Podrá ser aburrido, pero muchas veces es suficiente para encarrerarte a hacer más cosas.
Escribe en tu diario
Escribir tiene una magia similar a la de hablar: hacerlo nos ayuda a procesar las emociones complicadas que sentimos. Además, se ha comprobado que ayuda a disminuir la presión sanguínea y a aliviar los síntomas de depresión y ansiedad.
Analiza tus síntomas
Si tu apatía persiste y viene acompañada de otros síntomas, como irritabilidad, horarios de sueño alterados, cambios de apetito, sensación de desesperanza o un mal humor persistente, podrías estar deprimido. En ese caso, lo mejor es hablar con un terapeuta.