Todo el tiempo pelean
El conflicto ocasional es parte de cualquier relación. Sin embargo, cuando esto ocurre todo el tiempo y fallan en encontrar puntos en común, es señal de que el problema va más allá de lo que creen.
Te da flojera pelear
Esta es otra cara de la moneda. Quizás tu apatía ante la relación ya llegó tan lejos que prefieres ignorar lo que te molesta que confrontarlo.
Sientes que necesitas un descanso
Una relación, pese a sus dificultades, debería hacerte sentir motivado, apoyado y querido, no drenado. Si sientes que debes descansar regularmente de tu pareja es posible que ni siquiera quieras estar ahí.
Fantaseas con ser soltero
Es normal extrañar la soltería de vez en cuando, incluso en la relación más feliz. Pero si te la vives fantaseando con una realidad alterna en la que tu pareja no figura en el panorama, quizás sea momento de hacerlo realidad.
Tu vida sexual apesta (o no existe)
Nadie –absolutamente nadie– tiene una vida sexual nivel película porno. Hay momentos buenos y momentos malos, pero si tu vida sexual parece ir en declive y nadie dice nada, quizás tu búsqueda de placer ya no sea por medio de tu pareja y llegó el momento de replantear las cosas.
Nadie está buscando ayuda
Es evidente que las cosas están mal, y sin embargo, ni tu pareja ni tú están yendo a terapia, ya sea individual o de pareja. O quizás sólo uno de ustedes lo esté haciendo. Sea cual sea el caso, es señal de que hay indiferencia en esa relación.
Estás saboteando tu relación
Esto suele ocurrir de manera inconsciente, pero cuando ya no queremos estar en un lugar hacemos todo para que nos saquen de ahí. ¿Estás siendo infiel y te sorprendes dejando señales de tus actos? ¿No puedes evitar hacer todas las cosas que a tu pareja le molestan? Cuidado.
Evitas a tu pareja
Haces todo para no estar en casa, agendas reuniones en los horarios que normalmente eran para tu “tiempo de calidad en pareja” y le das prioridad sobre tu pareja a todo lo que se te cruce en el camino, simplemente porque ya no te interesa tu relación o te da flojera llegar a casa y enfrentarte a pláticas que no quieres tener.
No te ves con tu pareja en el futuro
Parte importante de lo que hace a una pareja duradera es la capacidad de visualizar un futuro en común. Si ya no lo haces, ya sea por la persona o por sus distintos planes de vida, es señal de que ya no tiene sentido estar ahí.
Tienes resentimientos fuertes
Han pasado por tantos problemas que, aunque los platiques, no puedes evitar sentir resentimiento al respecto. Como consecuencia, te portas horrible con tu pareja: nada te parece, estás enojado todo el tiempo y básicamente te has vuelto un amargado.
No la extrañas
O incluso, su presencia te drena. No sientes que te haga falta pasar tiempo con esa persona, y si estás con ella, tienes ganas de salir corriendo, pues sientes como si te quitara la energía y las ganas de vivir.
Te dan igual sus triunfos
Parte de lo que hace bonita a una relación es el poder compartir tus mejores momentos con alguien, y que alguien comparta los suyos contigo. Cuando sientes que ya no cuentas con la otra persona, es una señal evidente de fractura en la relación.
No hay confianza
Quizás hubo infidelidad o alguna mentira en algún momento de la relación. Y aunque son cosas reparables siempre y cuando ambos estén dispuestos a colaborar, no siempre se logra; y si no logras reconstruir esa confianza, es muy difícil que tu relación triunfe.
Ojo: Si alguno de estos puntos resonó contigo y no quieres despedirte de tu relación, hay formas de salvarla con comunicación, dedicación y quizás ayuda de un profesional.