Prioriza tus horas de sueño
Dormir es tan importante como comer y hacer ejercicio, así que jamás sacrifiques tus horas de sueño para hacer otras actividades. Dormir muy poco –por muy poco entendamos menos de siete horas– es la causa más común de la fatiga. Además, dormir poco no sólo te deja más cansado sino que te hace más propenso a accidentes, baja tu inmunidad, te deprime, contribuye a la diabetes, te hace subir de peso y limita tu memoria y pensamiento claro.
Sin embargo, hay otro factor del sueño que a veces ignoramos: el botón de snooze. Vivir pidiendo al reloj nueve minutos más cada mañana ni te ayuda a mejorar tu calidad de sueño ni te restaura. Es mejor que te levantes en cuanto suene el despertador.
OJO: Dormir más de nueve horas tampoco es bueno, pero esa es otra historia.
Come proteína
Si tu desayuno habitual es un café y un pan dulce, o peor, nada, inevitablemente sentirás las cansadas consecuencias en cuestión de un par de horas. Empezar el día llenándote de carbohidratos causará un despunte en tu nivel de azúcar en la sangre, el cual después caerá y te hará necesitar urgentemente una siesta. Mejor, empieza tu día con unos huevos, un pan con crema de cacahuate, un bowl de yogurt o una barrita de proteína. Recuerda que también debes integrar en el resto de tus comidas.
Revisa tu cafeína y tu alcohol
La cafeína no está sólo en el café; también está en el té, refresco, bebidas energéticas e incluso en el chocolate. Es importante que seas consciente de cuántos de estos productos estás consumiendo a diario, pueden ser culpables de tu mala calidad de sueño. Cegún la FDA, por ejemplo, no debemos tomar más de 400 ml de café al día, y debemos dejar de hacerlo seis horas antes de la hora de dormir.
Con el alcohol debe respetarse ese mismo margen de tiempo. Esta bebida afecta la duración del sueño, así como la habilidad de dormir y mantenerse dormido. Además, la cruda hace que te despiertes aún más cansado.
Haz ejercicio
Y no nos referimos a que te conviertas en el rey del gimnasio, sino simplemente a que procures mantener tu cuerpo en movimiento. A veces, la fatiga es la forma extraña del cuerpo de pedirte que seas más activo. Camina veinte minutos diario y sube las escaleras durante diez minutos. Este último ejercicio, de hecho, tiene efectos energizantes similares a los de tomar 50 mililitros de cafeína.
Toma agua
La deshidratación provoca fatiga, sueño e irritabilidad, y lo cierto es que casi nadie toma la cantidad de agua que debería beber al día. Proponte tomar un vaso grande de agua en cuanto te levantes, antes de hacerte tu café mañanero, y ten siempre cerca una botella de agua.
Diviértete
La risa y la diversión dan energía, así que haz tiempo para alguna actividad que te guste mucho o que te haga reír. Puede ser algo tan simple como ver un episodio de tu comedia favorita o hablarle por teléfono a aquel amigo que siempre tiene los comentarios más graciosos.
Maneja tus emociones negativas
El estrés, la negatividad y la depresión son sentimientos que, además de tener muchas consecuencias para el cuerpo y la mente, drenan la energía. Intenta meditar, perdonar, agradecer y hacer algo bueno por el mundo para mejorar tu humor. Si tu problema es serio, que no te dé pena visitar a un especialista.