Calidez y confiabilidad
Según un estudio de Garth Fletcher, científico experto en el estudio de las relaciones amorosas en la Universidad Victoria Wellington en Nueva Zelanda, la calidez y la confiabilidad son esenciales al elegir estar con una persona. Esto implica apoyar, saber escuchar, ser amable, comprensivo, fiel y confiable. Por naturaleza, los humanos queremos sentirnos amados y encontrar comodidad y seguridad en alguien que llene nuestras necesidades emocionales. Asimismo, buscamos una persona en la que podamos confiar, ya que esto reduce nuestra incertidumbre ante el futuro.
Similitudes
En un estudio realizado en México por la app de citas #Dating, el 72% de los participantes afirmó que buscan establecer relaciones con personas con las que sienten una afinidad, tanto en personalidad como en intereses (es por eso que esta app funciona a través de hashtags de afinidad en vez de el tedioso swiping). Esto es porque como seres humanos buscamos a alguien con quién poder compartir nuestro mundo y que genuinamente se emocione por lo mismo que nosotros. Es una cuestión de conexión.
Según un estudio del sudafricano Andrew Clarkwest, experto en relaciones maritales, cuando a una pareja le gusta el mismo tipo de comida, cine, pasatiempos y tiene la misma actitud en cuanto al balance personal-laboral, crianza de hijos y obligaciones sociales, hay menos razones para pelear. De manera similar, las parejas que se parecen en términos de educación, edad y número de hijos deseado, tienen menos probabilidades de divorciarse.
Vitalidad
La gente tiende a inclinarse por parejas con salud y energía, pues es una cuestión evolutiva que nos indica que podríamos tener hijos saludables. Así, ser aventurero, carismático y platicador –todas ellas señales de vitalidad– son factores importantes – a veces de manera inconsciente– para que una persona decida quedarse contigo.
Estatus y recursos
No es que estemos buscando a la heredera perdida de Slim (aunque tampoco nos negamos), sino que tendemos a buscar personas que tengan una posición social y recursos que puedan capitalizarse en seguridad financiera, bienes y servicios. Desde este punto de vista, características como estabilidad económica, tener una casa y un trabajo decente son factores que pueden hacer que nos quedemos en una relación.
La creencia de que las relaciones se trabajan
En la psicología se han detectado dos posturas generales en cuanto a las relaciones, y es importante detectar cuál es nuestra postura y la de la otra persona para evitarnos problemas. Hay quienes piensan que algunas parejas están destinadas a estar juntas (son aquellos que creen en las almas gemelas y conceptos similares) y que cuando eso suceda funcionarán mágicamente, y si algo sale mal es señal de que la persona no es la indicada.
Por otro lado, están los que tienen un pensamiento de desarrollo, que piensan que las relaciones requieren trabajo y que una relación fuerte se hace con tiempo. Creen que todas las relaciones inevitablemente tendrán problemas y trabajarlos fortalece la relación.
El primer grupo, los que piensan en el destino, piensan que su relación está destinada al fracaso cada vez que pasa algo malo y hasta les cuesta trabajo reconocerlo y evitan conflictos, pues hacerlo significaría aceptar que están con la persona incorrecta. Los que creen en el crecimiento, en cambio, están más abiertos a la discusión y responden de mejor manera a las dificultades amorosas.