Establece tus tres tareas más importantes
Cada mañana, antes de empezar tu día laboral, piensa en las tres cosas que debes lograr ese día y escríbelas en tu agenda. Deja que sean tu hilo conductor para toda tu jornada.
Haz una cosa a la vez
En la era del multitask, nos hemos convertido en personas que empiezan todo y no terminan nada, o bien, que quieren abarcar tanto en tan poco tiempo que no dan lo mejor de sí mismas. Es difícil concentrarse en una cosa, sobre todo si eres parte del mundo corporativo y tienes que responder a muchas personas. Sin embargo, ayuda ser honesto con el grado de prioridad de las cosas que te piden, y atender en el momento sólo lo que es urgente.
No tengas miedo a deshacerte de cosa
El bote de basura –ya sea físico o digital–es tu amigo. Tira todo lo que ya no necesites. Recuerda que tener cosas innecesarias que organizar sólo es una pérdida de tiempo que, además, hace que tu espacio se sienta más saturado. De manera similar, guarda todo lo que no estés usando en el momento.
Usa tu agenda
Es increíble ver la cantidad de agendas que se quedan casi en blanco después de un par de meses de uso. No seas de ese club y usa la tuya todos los días para anotar tus fechas de eventos y lista de cosas que hacer. Si usas una agenda física, considera también tener una versión digital que se sincronice en todos tus dispositivos.
Piensa más allá de tu trabajo
La vida es más que un trabajo, y si quieres ser una persona organizada, debes hacer lo propio con tu tiempo fuera de la oficina. Usa todos estos recursos para poner en orden tus compromisos sociales, los deberes de tu casa y cualquier otra cosa que te ocupe tiempo y espacio.
Aprende a decir que no
Antes de querer quedar bien con los demás, elige quedar bien contigo. No te metas en compromisos que no te emocionan o que te quitan tiempo para algo importante. Aprende a decir que no (y desde el primer momento. Así te ahorras el tener que buscar excusas para zafarte).
Sé la niña de los plumones
Si eres una persona visual, establece códigos de color en tu calendario para minimizar tus tiempos de búsqueda. Asigna un color para señalar las cosas urgentes, uno para señalar las cosas que dependen de alguien más, otro para cumpleaños que tengas que recordar, otro para las compras… busca los criterios que a ti te funcionen.
Sé flexible
Un error común es asignarle una fecha de entrega o una fecha límite o específica a cada pendiente, y aunque parece una idea inteligente, eso no va a hacer más que estresarte. Si no TIENES que ir al súper el miércoles, no lo anotes en tu agenda ese día. Aprende a manejar una lista de pendientes atemporal. Deja tu calendario para las actividades fijas, como fechas de entrega de proyectos o cumpleaños.
Controla tu tecnología
A veces parece que la tecnología nació para esclavizarnos y no para ayudarnos. ¿No dejan de llegarte notificaciones de correo electrónico? Desactívalas o configúralas para que salgan con menor frecuencia. Así te concentrarás mejor en tu tarea del momento.
Delega
No seas el rey del micromanagement. Confía en que los demás saben hacer su trabajo y deja de tratar de resolver las cosas que no te corresponden.