Como todas las disciplinas de diseño, la arquitectura provee de un goce visual y estético. Sin embargo un proyecto arquitectónico como Casa PI, merece ser entendido desde distintas perspectivas, pues sus apuestas e innovaciones más importantes son aquellas que no se aprecian a simple vista. Los arquitectos Miguel Ángel y Rafael Aragones –junto con el equipo de Taller Aragonés– proponen, no sólo un prototipo de vivienda, sino un nuevo sistema constructivo integral a base de aluminio que responde tanto las necesidades contemporáneas de habitabilidad, como una búsqueda por la eficiencia energética, material y económica que ambiciona articular proyectos habitacionales en un espectro muy amplio.
Taller Aragonés crea Casa PI, un nuevo modelo de vivienda para el Siglo XXI
Apostar por el aluminio, en vez de el acero, madera o concreto armado como sistema estructural no es una decisión fortuita. El aluminio es uno de los materiales más abundantes en el planeta, y también es de los metales más nobles para los procesos de reciclaje. La estructura de Casa PI, se basa en perfiles de este metal que son considerablemente más ligeros que el acero. Las piezas de aluminio son ensambladas con uniones mecánicas –y no con soldaduras–, lo que reduce el tiempo de construcción, y el rango de error de la mano de obra, logrando uniones limpias y ortogonales gracias a la geometría de las piezas y el sistema de ensamble a base de tornillería. Los perfiles, funcionan de manera vertical a modo de columnas, y horizontal como trabes y cadenas, lo que resulta en un sistema de crecimiento modular con amplias posibilidades de configuración, evitando las mermas.
Como recubrimiento de la vivienda, Aragonés propone paneles integrales que pueden integrar diferentes acabados, e incorporan un relleno aislante térmico y acústico, así como ductos de instalaciones. El sistema de ventanas y cancelería de aluminio, permite acristalamientos operables de gran tamaño, integrándose de manera lógica a los módulos estructurales de aluminio. De manera similar a la estructura, las instalaciones hidráulicas y eléctricas se basan en sistemas enroscables y de enchufes, respectivamente, disminuyendo el tiempo de construcción y propiciando un mayor estándar de calidad.
Proponer un panel integral en un contexto geográfico como el de México, resulta pertinente para brindar envolventes de alta eficiencia térmica y acústica que posibiliten confort al interior, incluso sin uso de sistemas de climatización. La versatilidad en los acabados que recubren los paneles, abre la posibilidad de abarcar proyectos para un espectro de mercado amplio, sin comprometer las ventajas que presenta el sistema constructivo de Casa Pi.
A pesar de que el sistema de Casa Pi cuenta con una patente suiza, la fabricación de sus componentes más importantes –como los perfiles de aluminio– y su ensamble se realizan en México. En un momento de creciente interés global por el diseño y arquitectura de nuestro país, esta obra de Taller Aragonés ofrece una perspectiva ambiciosa y competitiva internacionalmente, desde las posibilidades del contexto nacional. Lejos de buscar lo mexicano en arquetipos del pasado y clichés que caen en la exotización, Casa Pi refleja la desafiante y generosa realidad que implica hacer arquitectura desde México. Partiendo de procesos y elementos constructivos que propicien la excelencia en la calidad de obra, el proyecto presenta alternativas atractivas desde un punto de vista de sustentabilidad, eficiencia en tiempos y costos de construcción. Temas sensibles para la producción de vivienda contemporánea. Si bien Casa Pi es apenas un prototipo, parece posicionarse como una alternativa con un futuro alentador tanto para la producción del hábitat, como para el quehacer arquitectónico en México.