Hoy 21 de julio se celebra el Día del Perro y recurrimos a la experiencia y conocimiento de Daniela del Olmo, fundadora y creadora de Petzer, para aclarar dudas respecto a algunos de los mitos más comunes relacionados con nuestros amigos orejones y peludos. En general, le pedimos que aclarara algunas de las creencias erróneas más comunes relacionadas con la salud, alimentación y comportamiento de los perros. A continuación, sus aportaciones.
Mitos y realidades sobre nuestros amigos caninos
1. Los perros mueven la cola cuando están felices
¿Quién de nosotros no ha visto a nuestro perro mover la cola cuando llegamos a casa? Los perros mueven la cola de un lado a otro para mostrar su efusividad y alegría, pero debes saber que esta conducta puede llegar a tener otros significados. Menear la cola puede ser signo de nerviosismo, frustración o ansiedad. Por esta razón es importante observar muy bien su lenguaje corporal y analizar la postura de sus orejas. Si su pelo está erizado, las orejas caídas y la mirada en alerta, lo más seguro es que estemos ante un perro que experimenta ansiedad o nerviosismo.
2. Los perros con narices calientes y resecas están enfermos
Otra creencia errónea bastante común es que los perros con nariz fría y húmeda gozan de buena salud, pero esto no es del todo exacto. Las narices cálidas o resecas no siempre son señal de enfermedad, simplemente puede deberse a distintas razones ambientales: aire seco, frío o calor excesivo o una exposición prolongada al sol. Sin embargo, si notas que tu amigo presenta otros síntomas por un tiempo prolongado como la nariz agrietada o goteando, debes llevarlo con un médico veterinario para su valoración.
3. No puedes enseñarle a un perro viejo nuevos trucos
Si bien es cierto que los perros a edad temprana aprenden mejor y socializan más, eso no significa que un perro adulto no pueda aprender nuevos trucos. Lleva un poco más de tiempo y se debe tener mucha paciencia.
4. Los perros ven en blanco y negro
Recientemente se ha descubierto que los perros pueden ver más colores, pues aunque ellos no cuentan con el mismo grado de percepción de colores como los humanos, esto no significa que solo perciban el blanco y negro. Según los últimos estudios han revelado que los perros son capaces de percibir tonalidades amarillas y azules. Sin embargo presentan dificultades para distinguir tonos naranjas, verdes o rojos.
5. Los perros y los gatos son enemigos
Los gatos y perros tienen personalidades completamente diferentes. Los gatos siempre se han caracterizado por ser animales independientes y solitarios, y obedecen menos las órdenes de sus dueños. Por su parte, los perros suelen tener más apego y son más adiestrables. Estas y otras diferencias en comportamiento han suscitado la idea de que los perros y los gatos nunca podrán llevarse bien. No obstante, esto no es del todo cierto. Se ha comprobado que ellos pueden convivir perfectamente en un hogar si desde temprana edad se les enseña a compartir el espacio y se les corrige oportunamente. Como todo en la vida se requiere de paciencia, disciplina y comprensión de los dueños.
6. Los huesos son buen alimento para un perro
Aunque esta creencia ha sido muy popular a lo largo del tiempo, debes saber que la respuesta es no. Los huesos no son un buen alimento para tu mascota. Darle de comer huesos a tu perro o gato, puede resultar peligroso, sobre todo si se trata de huesos pequeños que son fácilmente astillables. Estos pueden provocar obstrucciones digestivas, heridas en encías, cavidad bucal, estreñimiento y en el peor de los casos atragantamientos o perforaciones intestinales. Sumado a ello, está el poco aporte nutricional que estos ofrecen, pues contienen proteína de baja disponibilidad para nuestro amigo. Existen huesos recreativos para perro, que tienen la función de entretener a nuestras mascotas y mejorar su salud dental, podemos entretenerlos con ellos siempre y cuando sea con supervisión y que el hueso tenga el tamaño correcto.
7. Los perros comen hierba para purgarse
Durante mucho tiempo se ha mantenido la idea de que las mascotas comen hierba cuando tienen malestares estomacales o parásitos. Según esta teoría ingerir hierba les provoca vómito o diarrea para eliminar todos los parásitos. Aunque ha habido casos en los que puede confirmarse este hecho, los últimos estudios han revelado que son pequeñas las cifras que revelan que en verdad lo hacen por esta razón. La teoría más aceptada es que lo hacen porque a los perros les agrada el sabor de la hierba, pues es un comportamiento heredado por generaciones. Los antepasados del perro moderno comían hierba o pasto para complementar su alimentación. Esto quiere decir que muchas mascotas han mantenido el gusto por masticar y saborear la hierba, ya que se halla en sus genes. No obstante, debemos tener cuidado si tu perro come hierba con demasiada frecuencia y vomita demasiado debido a este hábito. En estos casos es mejor recurrir a una consulta médica. También es importante poner atención al tipo de hierba que se consume, pues algunos tipos son tóxicos para tu perro.
8. Los perros mestizos son más sanos que los de raza
Ésta es otra falsa creencia bastante difundida: los perros mestizos son más sanos que los perros de raza. Sin embargo, los perros mestizos no necesariamente tienen una ventaja cuando se trata de enfermedades hereditarias caninas. Si bien es cierto que las mezclas de razas de las cuales proceden muchos perros mestizos les ayuda a su organismo a tener diferentes formas de enfrentarse a las enfermedades, esa misma genética les permite tener una variabilidad en su sistema inmunitario. Sin embargo, los perros mestizos pueden heredar genes que los hacen enfermar como pasaría con un perro de raza. Así que no debe generalizarse.
9. Los perros que no salen del hogar no pueden contraer pulgas
También es común creer que si tu perro no sale del hogar o se halla solo en un jardín es imposible que pueda contraer pulgas. Esto no es del todo preciso. Las pulgas pueden llegar a tu hogar de distintas formas. Por ejemplo, lo más común es que llegan a tu jardín por medio de animales silvestres como los pájaros o los gatos callejeros. Así que no hay que confiarse, lo mejor es prevenir (se recomienda el uso de pipetas antipulgas) sin importar si tu amigo se queda solo en casa.
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