Una persona con ansiedad altamente funcional podría verse por fuera como un cliché de persona exitosa: llega a trabajar antes que todos, su aspecto es impecable, siempre cumple con sus fechas de entrega, nunca se enferma y tiene mil compromisos. Sin embargo, lo que detona esa perfección es una ansiedad interminable, caracterizada por un miedo al fracaso y a decepcionar a las personas que te ayudaron a triunfar en la vida.
Los dos lados de la ansiedad altamente funcional
Como decíamos anteriormente, tener ansiedad altamente funcional tiene sus ventajas. Las personas con este trastorno resaltan por ser extrovertidas, alegres, puntuales, proactivas, organizadas, detallistas, muy ordenadas, apasionadas, leales, activas y les encanta ayudar.
Sin embargo, este trastorno también es una lucha constante con el éxito. Estas personas tienden a querer quedar bien con todo mundo por miedo a ahuyentarlos, hablan demasiado, tienen tics nerviosos, sobrepiensan las cosas, pierden tiempo porque llegan demasiado temprano a las cosas, procrastinan , hacen cosas extrañas y repetitivas como contar los escalones de las escaleras por las que suben, necesitan reafirmación todo el tiempo, evitan tener contacto visual, piensan en escenarios negativos, tienen insomnia, son incapaces de disfrutar el momento, les intimida el futuro, se comparan con los demás, y obvio, están fatigados por todo esto.
El reto
Muchas veces vemos a las personas con ansiedad altamente funcional como sobresalientes. Sin embargo, esta percepción falla en entender la lucha interna que existe para lograr ese nivel de perfección. No ven que todo eso, en realidad, es una limitante en la que tal vez puedes cumplir con cosas esenciales, pero no puedes, por ejemplo, hacer cosas fuera de tu zona de confort ni permitirte la libertad de disfrutar el momento porque todo lo que haces lo dicta tu ansiedad, y eliges actividades que te calman la mente pero que no necesariamente te gustan ni te aportan.