En los últimos meses hemos atestiguado un suceso impensable en el mundo contemporáneo: la caída del internet. No fue total ni tampoco definitivo y por ende no resultó tan catastrófico como suena, y aún así estos apagones han entorpecido de manera importante los servicios de algunas compañías de carácter mundial como bancos, aerolíneas, medios de comunicación, canales de mensajería y sitios gubernamentales de distintos países. Tomando en cuenta lo anómalo, pero también lo reiterativo que se ha tornado la situación, sólo queda preguntarnos: ¿cuáles son las posibilidades de que el suceso se repita con mayor gravedad en un futuro no tan lejano y cuáles serían las consecuencias de esto?.
Apagones de internet: ¿cuáles son las posibilidades de una caída total?
¿Cómo ocurre un apagón de internet?
En su momento se temió que los apagones fueran provocados por un hackeo, pero eventualmente se develó que realmente han sido provocados por errores de los proveedores de red de distribución de contenidos (CDN por sus siglas en inglés). En el caso de los más recientes, por una actualización de un proveedor llamado Fastly que propició la activación de un bug que regresaba mensaje de error en el 85% de las operaciones.
Los proveedores de CDN funcionan como una auténtica colección de servidores que están distribuidos en distintas posiciones geográficas donde almacenan contenido próximo a los usuarios de cada región. Esto garantiza un internet más económico gracias al ahorro de energía y más rápido a pesar del alto número de personas conectadas de manera simultánea y de la cantidad de datos necesarios para algunos servicios como el streaming. También son claves para un internet más seguro, al prevenir una serie de ataques contra páginas específicas.
Estos servicios requieren de una tecnología compleja, lo que ha provocado que el número de operadores en todo el mundo sea muy reducido. Los problemas vienen cuando uno falla, lo que invariablemente provoca que una parte importante de la red colapse aunque sea por unos minutos, tal y como ha sucedido últimamente.
Las amenazas que tiene el internet
Como toda tecnología, el internet no está exento de errores y la CDN no es la excepción. En el caso más reciente, no pasó mucho tiempo para que Fastly detectara el bug y empezara a trabajar en soluciones, lo que no ha evitado algunas secuelas que bien podrían seguir manifestándose en las próximas semanas, las cuales pueden ir de lo técnico con otras interrupciones hasta lo psicológico.
La caída recurrente de las CDN puede generar desconfianza por parte de los usuarios que realizan transacciones online de manera recurrente, lo que bien podría desembocar en una retroceso en la práctica y el regreso a viejas operaciones físicas –es decir, efectivo– que tal vez impliquen menor comodidad para el grueso de la sociedad contemporánea, pero también una menor incertidumbre. Peor aún es el miedo a que el sistema financiero colapse de pleno ante una potencial desaparición de los datos en caso de apagones más severos.
De inicio, un colapso de este tipo es virtualmente imposible, ya que toda la información cuenta con respaldos sólidos que evitarían la desaparición de los datos. Aun así, las recientes caídas resultaron en importantes pérdidas económicas para los clientes afectados a causa de las incontables transacciones que se vieron interrumpidas. De cualquier modo, las consecuencias fueron mínimas, pues los fallos pudieron costar vidas humanas de afectar la comunicación de las aerolíneas o tener consecuencias catastróficas en caso de impactar contra los sistemas de centrales nucleares.
Esto no significa que lo sucedido en las últimas fechas sea tomado a la ligera. Todo lo contrario, ya que cada percance es aprovechado como aprendizaje para reforzar las medidas de seguridad y así evitar problemas mayores. Los más recientes no son la excepción y los distintos operadores de las CDN ya trabajan para minimizar el riesgo de afectaciones similares.
Aun así es difícil dejar de pensar en las posibilidades de un fallo tan severo que resulte en un apagón catastróficamente largo o incluso definitivo de todo el internet.
¿Cómo podría ser una caída total del internet?
El temor a un suceso de este tipo es comprensible y más tras lo sucedido en los últimos meses, pero ¿realmente podría suceder? La respuesta corta es sí, pero es prácticamente imposible.
La caída de una CDN puede afectar a millones de usuarios, lo que no significa que impacte en todo el internet, sino sólo en los clientes del proveedor aquejado. Destaca además que cada operador funciona de manera completamente independiente, lo que imposibilita una reacción en cadena.
Esta situación aplica para todos los percances más probables, que de acuerdo a los expertos serían los distintos desastres naturales, los fallos tecnológicos, los fallos humanos y los ciberataques, siendo los dos últimos los más comunes. Bajo esta premisa, una caída total sólo se concretaría con un suceso verdaderamente catastrófico o un ataque coordinado sumamente elaborado y virtualmente perfecto que sea capaz de esquivar todas las medidas de seguridad de las distintas CDN.
Los riesgos de una caída parcial de internet siempre estarán latentes, especialmente para un mundo cada vez más conectado. Esto no significa que debamos vivir con miedo ni desconfiar de nuestros sistemas, sino confiar en la existencia de infraestructuras cada vez más sólidas ante todo tipo de adversidades.