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Patrones oscuros: así es como el internet te obliga a actuar contra tu voluntad

¿Has ingresado a sitios sin querer o aceptado condiciones de privacidad con las que no estabas de acuerdo? Entonces has entrado en contacto directo con los patrones oscuros.
mar 16 marzo 2021 04:41 PM
dark patterns patrones oscuros
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Te conectas sólo para informarte sobre los precios, ya sea de un vuelo, una habitación o algún espectáculo en particular. Tus planes se tambalean cuando la página arroja un inesperado mensaje en color rojo: “hay tres personas más mirando esta oferta” o “sólo quedan cinco disponibles”. La posibilidad de que la advertencia sea real no suena nada descabellada en una red que cuenta con más de 4,600 millones de usuarios en todo el mundo, por lo que haces clic en el botón de comprar sin siquiera pensar si es la oferta que necesitabas. Es así como funcionan los dark patterns o patrones oscuros.

Tal vez no sea el término más popular entre los cibernautas, lo que no evita que sea una de las prácticas que más les afecta mientras deambulan por internet. Esto al tratarse de una serie de estrategias usadas en páginas y aplicaciones para engañar a los usuarios con toda clase de trucos para que hagan algo que no desean. Tal es el caso de las ‘X’ de cierre cuyo tamaño o movilidad hacen imposible quitar un banner a la primera, aquellos botones de búsqueda acompañados por casillas de aceptación de condiciones o de los anuncios de celulares que incluyen un cabello o una mancha en sus diseños para forzar un clic.

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La etiqueta fue acuñada en 2010 por Harry Brignull, doctor en ciencia cognitiva y experto en UX, quien resalta que, contrario a lo que muchas veces podría pensarse, la estrategia no se limita a las páginas de dudosa credibilidad que vienen cargadas de pop-ups fácilmente detectables. También es empleada por sitios serios e incluso por algunas de las empresas más prestigiadas del mundo, que recurren a tácticas como la redacción engañosa o la navegabilidad confusa para obtener una respuesta en concreto.

Tal fue el caso de Apple, cuyo iOS 6 tenía un identificador que permitía rastrear la actividad en beneficio de los anunciantes. El sistema permitía inhabilitar esta función, pero no incluyó la alternativa en sus condiciones de privacidad, sino en un camino oculto que inicia por el General. Una vez hallado, el botón no leía “Ad Tracking – On” (Rastreo de anuncios – encendido), sino “Limit Ad Tracking – Off” (Limitar rastreo de anuncios – aceptado), un doble negativo que hacía pensar a los usuarios que rechazaban la cláusula cuando realmente la aceptaban. Casi similar al de Microsoft, que ante el bajo número de descargas de su Windows 10, creó una caja emergente cuya ‘X’ de cierre realmente autorizaba la instalación.

Es por esto que el especialista concluye que “los patrones oscuros no son errores. Están cuidadosamente elaborados con una sólida comprensión de la psicología humana y no tienen en cuenta los intereses del usuario”.

Más preocupante es que la efectividad de los patrones oscuros también los ha integrado al campo de la política. Tal fue el caso de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos en 2016, con una serie de noticias falsas a favor de Donald Trump que eran publicadas desde Macedonia y a las que se llegaba con clics forzados por banners y otros engaños. Esto para hacer que la gente leyera al menos los titulares y terminara interesándose en la labor del republicano.

Aunque podríamos dedicar miles de artículos a los ejemplos –basta decir que Google empezó ha penalizar algunos sitios por su uso descarado–, lo mejor es conocerlos todos para que estés alerta. Los enlistamos a continuación:

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Las preguntas engañosas, diseñadas para manipular respuestas a partir de cuestionamientos que sugieren una cosa cuando en realidad indican otra. Suelen presentarse en formularios.

Anuncios disfrazados de otros contenidos para inducir en el clic.

Cebo y cambio, cuando se pretende hacer algo, pero termina sucediendo algo distinto e indeseable.

Cestas de compra manipuladas, con artículos añadidos al pinchar las casillas de verificación.

Continuidad forzada o cuando termina el periodo de prueba de un servicio y la tarjeta es cargada sin previo aviso, lo que incluso puede complicar más la cancelación de la membresía.

Confirmshaming o confirmavergüenza, en el que la opción de rechazar alguna condición está redactada de un modo concreto para que el usuario se avergüence y opte por aceptarla.

Costos ocultos, similar a la cesta, pero con cargos inesperados como gastos de envío o impuestos añadidos previo al pago.

El desvío, que consiste en un diseño que centra la atención en un punto concreto para distraer de algún otro.

El denominado Motel de cucarachas, con el que se atrae a una situación atractiva de la que después es difícil salir, como podrían ser las suscripciones premium o los periodos de prueba.

Prevención de comparación de precios, con lo que se impide una decisión bien informada.

Spam de amigos o cuando un servicio solicita el correo o permisos de redes para algo positivo como el encontrar contactos, pero realmente se usa para enviar spam en nombre del usuario.

El Zuckering de privacidad, nombrado en honor a Mark Zuckerberg y que implica engaños para que se comparta públicamente más información de la que se pretende.

Seguro te has topado con más de uno y es un hecho que hay muchísimos más esperando por ti. Por eso presta atención cada que navegas, piénsalo dos veces cada que veas algo mínimamente sospechoso y recuerda siempre que tu clic tiene un enorme valor en un mundo cada vez más conectado.

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