Acondiciona tu recámara
Piensa en la comodidad de tu cama. Invierte en un buen colchón y almohada. El primer paso para dormir bien es tener una cama que te haga sentir descansado.
Bloquea la luz. Asegúrate de tener cortinas pesadas, o bien, compra un antifaz que te permita dormir con la oscuridad suficiente.
Busca el silencio. En la ciudad, es común encontrarse con calles ruidosas, o bien, nuestro mismo ambiente de casa genera ruido. Si es necesario, compra unos tapones para los oídos o compra una máquina de ruido blanco. Si hace calor en tu cuarto, usa un ventilador: no sólo te servirá para disfrazar los ruidos exteriores, sino que mantendrá la habitación a una temperatura agradable para dormir.
Convierte tu cuarto en un paraíso. Para dormir bien, necesitas un lugar en el que te sientas cómodo. Cubre las necesidades anteriores, pero recurre a otros elementos relajantes, como aromaterapia o luces con dimmer, para generar un ambiente acogedor.
Establece una rutina
Levántate diario a la misma hora. Sí, incluso el fin de semana. Eso te hará entrar a un ritmo constante.
Sé estricto con tu horario de sueño. Es muy tentador desvelarse para ver la tele, trabajar o socializar, pero no es recomendable. Calcula cuál es tu hora ideal, con base en la hora en la que despiertas y la cantidad de horas que quieres dormir (lo ideal son entre 6 y 8). Es importante que esto lo hagas poco a poco; es decir, no pases de dormir cuatro horas a ocho en una noche. Lo más recomendable es aumentar gradualmente.
No abuses de las siestas. Anteriormente hablamos sobre los beneficios de las siestas . Sin embargo, hay que tomar en cuenta que estas siempre deben ser cortas.
