El crucero más tecnológico del momento
Por más que quería dejar atrás los recuerdos de aquella película en la que el Titanic zarpaba con rumbo a Nueva York un 10 de abril de 1912, no podía. Y es que yo estaba zarpando del mismo puerto, Southamton, al sur de Londres, el mismo mes pero 103 años después.
Además, era la primera vez que me embarcaba en algo que está en el límite entre un barco y un enorme edificio. El más reciente lanzamiento de Royal Caribbean , el Anthem of the Seas, es un gigante de 350 metros de largo con capacidad para más de 4,000 pasajeros y 1,600 personas de staff.
Como todo curioso, mi primera misión era conocer cada rincón de este lugar, que sería mi casa o, bueno, mi ciudad por unos cuantos días. De pronto me sentía en una escena de Grand Theft Auto, en la que una gran variedad de tiendas, bares, restaurantes, albercas, teatros, salas de videojuegos... estaban a mi disposición y a tan sólo algunos pasos unos de otros.
Así llegó el momento de escoger uno de esos lugares y con el estómago vacío Chops Grille, uno de los 17 diferentes lugares disponibles para saciar el hambre, fue mi primera elección. Empecé mi viaje con un plato de Mushroom Soup y una copa de vino francés. No sabía qué estaba disfrutando más, si la comida o la sensación de estar en medio de la nada. "Robert, estamos sobre el Canal de la Mancha, muy cerca de Francia", me dijo Michael Bayley, CEO de Royal Caribean, quien en ese momento degustaba un suculento filet mignon.
Con la inminente llegada de la noche descubrí que este barco nunca apaga sus luces. Es de esperarse ya que tiene 7 opciones de ocio nocturno, lugares en los que puedes apostar, bailar o simplemente escuchar a un buen pianista mientras disfrutas de un buen trago. Y no un trago cualquiera: el Anthem of the Seas posee el primer brazo robótico dedicado a servir tragos, y no, no estoy jugando. Se trata de un brazo, como los que se usan en la industria automotriz. Escoges el trago que quieres en un iPad y en cuestión de segundos un robot te lo está preparando.
¿Recuerdan que dije que viviría unos cuantos días en este titán sobre el mar? Pues así fue y de las cosas que más disfrutaba a bordo eran las actividades en la parte más alta del barco, en los famosos decks 14 a 16, algo así como el penthouse. ¿Qué tal un whisky mientras descanso en el jacuzzi en la proa del barco? Que, por cierto, Inglaterra no es nada caliente, pero en este espacio acondicionado parecía que estaba en las Bahamas.
Bueno, después de tanto descanso llegó el momento de la parte emocionante, unas clases de surf en la parte trasera del barco en el famoso FlowRider, seguidas de mis clases de paracaidismo en el RipCord by iFly, básicamente es un túnel que genera un viento capaz de elevarte y simular una caída libre a más de 150 km/h. Sin duda, mi actividad favorita.
Llegados a este punto, el calendario de mi App Royal Caribbean me informó de que ya no tenía nada programado para ese día, así que pensé que era momento de ir a comer una rica hamburguesa con vistas al oceáno en mi querido Johnny Rockets. "¡Malteada doble, por favor!", rogué antes de tomarme la tarde libre camino del siguiente puerto.
El Anthem of the Seas, con un costo de 1,000 millones de dólares, es uno de los barcos comerciales más avanzados del mundo. Cuenta con una tecnología 03B que permite tener conexión a internet de banda ancha en todo momento, un sistema de pulseras para acceder a tu camarote y hacer compras sin necesidad de usar la tarjeta de crédito (una de las características más esperadas de este barco), una cápsula gigante con sorprendentes vistas de 360° del mar, y un montón de cosas más que harán de tu viaje un sueño sobre el mar.
Lo más difícil de una travesía así es escuchar al capitán decir que es momento de desembarcar. Creo que mi próximo viaje será un crucero a Alaska.
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