La guía del turista galáctico
De pequeño mirabas las estrellas y te sentías insignificante, aprisionado en el planeta Tierra, como una mancha en el universo. Mientras observabas una estrella situada a años luz, te preguntabas: ¿algún día podré viajar ahí?
Bien, joven soñador proto-astronauta, la respuesta finalmente ha llegado y es 42. No, es broma, es dinero. Pero mucho dinero, cantidades indecentes de dinero. Eso o tu propia vida. Lee, lee...
Esta compañía española puede que se inspirara en el salto de Felix Baumgartner para crear su producto. Por $124,000 USD los turistas pueden subir a uno de sus globos estratosféricos panorámicos, llamados bloons. Estos están presurizados para disfrutar de la vista desde lejos. El problema: claustrofóbicos y nerviosos no pueden subir. El viaje en bloon dura unas 8 horas.
La primera aerolínea espacial donde también puedes escuchar bebés llorando, pero en el espacio. Fundada por Richard Branson, Virgin Galactic ofrece aviones cohete como el Spaceship Two. Con capacidad para 8 astronautas, puede volver a aterrizar en nuestro planeta, aunque en octubre de 2014 una se estrelló... Pero, tranquilos, con los millones de dólares que tienen en inversiones pueden construir otra con casino y spa.
Los primeros en reservar boletos para salir de la Tierra han sido famosos como Moby, Lady Gaga, Stephen Hawking, Sigourney Weaver, William Shatner o Paris Hilton (sí, ella). Los boletos cuestan $200,000 USD para los 100 primeros, $175,000 USD para los siguientes 400 y, a partir de ahí, serán $20,000 USD para el resto de mortales.
3. Mars One
La forma más loca de ir al espacio, cuyo precio es... tu muerte. Esta organización holandesa sin ánimo de lucro propone a los candidatos seleccionados, 24 de 200,000, viajar al planeta rojo sin billete de vuelta. "Get your ass to Mars", como decía Arnold en Total Recall (1990).
La idea es usar la tecnología existente para los colonizadores. Según el MIT, los cosmonautas sobrevivirían 68 días en Marte tras un viaje de 7 meses. Pero seguro que se lo pasarían en grande a lo nihilista.