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Hoteles independientes | The Lowell: Un refugio clásico y discreto

La tradición y la modernidad, el lujo sin estridencias y un servicio personalizado, además de privacidad y cercanía a puntos clave de la ciudad, hacen de The Lowell un alojamiento ideal en Manhattan.
lun 03 noviembre 2025 10:57 AM
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The Lowell, un hotel de la propiedad de la familia Chartouni, mantiene vivo el espíritu más clásico y refinado de Manhattan. (Foto: Cortesía)

Este es nuestro especial sobre hoteles independientes, en el que recorremos el universo de la hotelería de lujo donde también hay lugar para los jugadores pequeños que gracias a propiedades históricas, villas privadas en renta o conceptos que se alejan de lo tradicional se han ganado la preferencia de los viajeros más exigentes y experimentados.

Ubicado en el número 28 de la calle East 63rd – una zona tranquila y arbolada–, The Lowell es un bastión de elegancia atemporal, un oasis de discreción en el emblemático Upper East Side de Manhattan. A solo unos pasos de las boutiques de la Quinta Avenida y de las veredas que rodean Central Park, sus alrededores reflejan la calma y el refinamiento que sus huéspedes buscan lejos del bullicio y las multitudes, pero siempre cerca de los iconos culturales y comerciales que hacen de Nueva York la capital del estilo y la innovación.

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La visión del hotel, que continúa siendo una joya propiedad de la familia Chartouni, ha sido esculpida por talentos como Mark Pinney, reconocido arquitecto londinense, y Michael Smith, diseñador de renombre con un enfoque modernista que respeta las raíces tradicionales del alojamiento. Esta amalgama de historia y modernidad se refleja en sus interiores, con renovaciones recientes en el primer piso que transforman el espacio en un destino preferido tanto para visitantes internacionales como para residentes locales que desean relajarse y disfrutar de la gastronomía o el confort en un entorno exclusivo.

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The Lowell es un oasis de discreción en el emblemático Upper East Side. (Foto: Cortesía)

Aunque actualmente cuenta con 74 habitaciones y suites, fue construido en la década de 1920 como un edificio de apartamentos de lujo y ha sabido conservar su esencia para ofrecer una experiencia en la que la sofisticación se combina con la comodidad de un hogar lejos de casa. Cada una de ellas es un reflejo de la elegancia clásica y la mayoría ofrece amplios espacios que incluyen terrazas, cocinas y chimeneas de leña. Aquí, la sensación de tener un pied-à-terre en la Gran Manzana cobra vida. Desde tecnología de última generación hasta amenities exclusivos diseñados por Dina De Lucca Chartouni, cada detalle busca brindar una experiencia sensorial única.

Para De Lucca Chartouni, la esencia de la hospitalidad en un destino como Nueva York va más allá de las instalaciones: radica en ofrecer una experiencia de máxima privacidad y discreción. “En una ciudad donde la hospitalidad domina, la creatividad y la personalización son nuestro factor diferenciador”, afirma. La colaboración con marcas de prestigio como Dior Maison para el té de la tarde Lily of the Valley, y el compromiso de mantener elementos tradicionales –como llaves, menús en papel, señales de “no molestar” y periódicos– son pruebas de su filosofía de enriquecer la experiencia humana, apegada a los sentidos y la tradición.

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Para De Lucca Chartouni, la esencia de la hospitalidad en un destino como Nueva York va más allá de las instalaciones. (Foto: Cortesía)

La saga de The Lowell, que inició en 1927, se ha construido sobre una identidad fuerte: la elegancia eterna y el encanto perdurable. Su emblemático The Club Room, inspirado en una biblioteca acogedora, ofrece un espacio de íntima conexión, mientras que el restaurante franco-mediterráneo Majorelle, con su ambiente refinado, refleja el mismo espíritu.

En la era del lujo moderno, marcada por la incorporación de la tecnología, The Lowell lidera mostrando que la verdadera exclusividad no requiere estridencias. De Lucca Chartouni lo enfatiza: “Ofrecemos algo que las grandes marcas no pueden replicar: discreción, intimidad y verdadera privacidad”. En un entorno donde cada detalle cuenta, este refugio histórico continúa siendo sinónimo de excelencia, un símbolo del estilo de vida que combina tradición, modernidad y la belleza de lo discreto.

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Su emblemático The Club Room, inspirado en una biblioteca acogedora, ofrece un espacio de íntima conexión. (Foto: Cortesía)

En un mundo lleno de opciones, The Lowell permanece como el destino predilecto para quienes buscan lujo sin ostentación, pues nada se compara con la experiencia de sentirse único en un rincón de Manhattan que, sobre todo, respira historia, elegancia y un toque europeo que hace de cada estancia una historia para recordar.

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