Música, cultura, gastronomía, calidez humana y arquitectura espectacular son sólo la punta del iceberg de todas las sorpresas que tiene Montreal, una de las ciudades más importantes de Canadá que cuenta con una gran oferta turística para todos los visitantes, en especial para quienes buscan nuevas experiencias y destinos únicos.
Esta es la guía definitiva para conocer —y enamorarte— de Montreal
Si estás pensando en visitar Montreal, tenemos una lista de lugares imperdibles para hacer que tu experiencia de viaje sea memorable.
Mirador y Oratorio
Uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad es el Mirador Kondiaronk ubicado en la cima de Mont Royal, popular por sus vistas panorámicas y por las selfies que se generan diariamente. El parque en la “montaña” fue diseñado por Frederick Law, el mismo arquitecto paisajista responsable de Central Park en Nueva York, por lo que las postales que ofrece son espectaculares.
Otra visita obligada es el Oratoire Saint-Joseph, una de las obras maestras de Montreal y uno de los recintos de peregrinación católica más importantes del planeta, que alberga campanarios y una enorme cúpula que alcanza los 97 metros de altura (la segunda más alta después de la Basílica de San Pedro), además todo el años se ofrecen exposiciones temporales que valen mucho la pena.
Sabores de Montreal
Una de las comidas típicas canadienses son los bagels, el favorito de los montrealeses es el que se sumerge en agua con miel antes de cocinarse. Para probar uno auténtico de la región Schwartz’s es el lugar ideal, al igual que las múltiples panaderías localizadas en las calles Fairmount y Saint-Viateur. Pero el platillo que no debes dejar pasar es el poutine, preparado con papas fritas, gravy y queso que puedes disfrutar en La Banquise, para terminar con una bebida de producción local como el Rise Kombucha, en 1642 Cola.
También es posible acudir a mercados públicos como el Jean-Talon, el más grande de Montreal que ofrece una amplia gama de productos de Quebec, localizado en el centro de la Petite-Italie. Una opción más pequeña, pero igual de impresionante, es el Mercado Atwater al lado del pintoresco canal Lachine.
Viaje a través del tiempo
Ninguna visita está completa sin caminar por las calles adoquinadas del barrio histórico de Montreal donde se puede apreciar su arquitectura colonial que data de 1685. Aquí la basílica de Notre-Dame y sus coloridos vitrales impresionan a cualquiera al igual que la hermosa plaza Jacques-Cartier llena de terrazas y artistas locales.
En contraste, el lado este de la ciudad tiene algunas de las atracciones modernas más impresionantes, como el Estadio Olímpico donde se celebraron los Juegos de Verano de 1976 o la torre inclinada que cuenta con un funicular para disfrutar desde las alturas las postales de Montreal.
Para gozar de la naturaleza, el Jardín Botánico posee instalaciones de temporada como el Festival de las Linternas Chinas que se celebra en otoño y su Biodôme con cinco ecosistemas que albergan más de 250 especies animales.
Diversidad cultural
El barrio Le Plateau es uno de los más bohemios con una mezcla ecléctica de artistas y estudiantes extranjeros que alegran las tardes con su multiculturalidad. Luego de usar las escaleras de caracol del barrio, hay que caminar la avenida Mont-Royal, beber una taza en Café Névé y almorzar en el elegante bistró Chez Victoire.
La creatividad no se detiene con los numerosos museos y galerías de arte entre los que se encuentra el Museo de Bellas Artes de Montreal, uno de los recintos más importantes de Norteamérica por sus colecciones y exposiciones temporales. No menos importante es el Museo de Arte Contemporáneo y el Centre Phi con sus espectáculos multimedia y exhibiciones enfocadas a la tecnología e innovaciones.
Ya lo sabes, Montreal te espera para un viaje emocionante que te dejará con ganas de volver.