La visión sobre el acto de crear de Lady Gaga se materializa de la mano de Dom Pérignon en una nueva campaña y una actuación artística, que pone de relieve la última creación de la marca de champagne: Dom Pérignon Vintage 2013.
Dom Pérignon y su nueva colaboración con Lady Gaga
La cantante y la marca ya habían colaborado en 2021, y esta vez vuelven a hacerlo para explorar la importancia del trabajo en sus procesos creativos. Elaborar Dom Pérignon es un acto de creación reinventado cada año por el jefe de bodega Vincent Chaperon, y esto coincide con Gaga, ya que ambos abordan su arte como una forma de trabajo.
Para la intérprete de “Poker Face” y Vincent Chaperon la creación es la búsqueda persistente de una visión estética-inicial. Para Gaga, esta búsqueda está impulsada por el deseo de sobrepasarse y experimentar con nuevas formas de arte, sin conformarse nunca solo con lo que significa ser artista musical.
El resultado de esta creativa labor es una elevación; al crear algo más grande que ellos mismos, los creadores se enriquecen y superan sus propios límites. Con ellos, el mundo también puede elevarse.
La abadía Saint-Pierre d’Hautvillers fue el lugar que encarna la idea de la creación como obra que eleva, fue el punto de partida de la visión común entre Dom Pérignon y Lady Gaga para el segundo capítulo de esta colaboración.
“Cuando miras fotos de la abadía, su claustro, las huellas de los siglos grabados en la piedra… puedes sentir la dedicación que debió animar a las generaciones de monjes que vivieron y trabajaron ahí. Realmente es un lugar especial e inspirador”, señala Lady Gaga.
Después de casi diez años de maduración, la experiencia de Dom Pérignon Vintage 2013 está lista para ser revelada. Su creación traza paralelismos con la colaboración de Lady Gaga: ambas son el fruto de un trabajo disciplinado que requiere tiempo y dedicación.
En primer lugar, el maestro bodeguero reunió los aspectos complementarios y opuestos del 2013: cuerpo y acidez. Aquí, el elemento creativo reside en revelar su resonancia, estableciendo un diálogo que eleve el equilibrio de los diferentes sabores. Esculpir esos contrastes es lo que precisamente construye la perspectiva del ensamblaje del 2013.
Al mismo tiempo, este montaje se basa en una segunda faceta e igualmente importante: su dimensión proyectiva. El creador de Dom Pérignon anticipa el trabajo de maduración y evalúa el efecto del tiempo sobre la armonización del conjunto. Esto constituye el segundo ámbito de su arte. El resultado está ahí. Un ensamblaje que, con diez años de maduración, trae la esencia de 2013: la elegancia, delicadeza, clasicismo absoluto de este nuevo Vintage Dom Pérignon.