La historia del café comienza con un relato apócrifo. Cuenta la leyenda que en el siglo IX, en las montañas de la actual Etiopía, un pastor llamado Kaldi descubrió el efecto energizante que las bayas de un arbusto tenían en su rebaño de cabras, sensación que él mismo sintió tras probarlas por primera vez.
Emocionado por el hallazgo, Kaldi llevó esos frutos a su aldea, donde se consumió la primera infusión cafetera de la historia. En apenas un siglo y desde Etiopía, el café se expandió con cierta rapidez hacia el norte de África, principalmente a Egipto, desde donde cruzó el Mediterráneo rumbo a Oriente Medio, Persia y la península Arábiga antes de tocar suelo en Italia gracias al Imperio Otomano.
El primer contacto entre América y el café, sin embargo, llegó hasta el siglo XVIII, cuando Gabriel Mathieu de Clieu, oficial de la marina francesa, lo transportó desde La Rochelle a Martinica, isla que sesenta años después, en 1777, ya tenía, según los registros oficiales, 18 millones de plantas de café.
Surinam, entonces colonia holandesa, y las Guayanas fueron otros de los epicentros cafeteros de la época, punto de partida de un cultivo que no tardó en establecerse en Norteamérica, América Central y América del Sur, con Brasil, Colombia, Honduras, México y Guatemala como principales productores de la región.
Hoy, el llamado Cinturón del Café o Coffee Belt atraviesa más de 70 países ubicados entre los trópicos de Cáncer y Capricornio, donde el café llegó de la mano de los imperios coloniales de los siglos XIX y XX. De ellos, 40 países son productores.
Principales productores del mundo (MILLONES DE TONELADAS)*: Brasil: 2.6; Vietnam: 1.6; Colombia: 0.8; Indonesia: 0.6; Etiopía: 0.4; India: 0.3; Honduras: 0.3; Uganda: 0.2; México: 0.2; Guatemala: 0.2
Principales consumidores (KILOGRAMOS POR PERSONA Y AÑO)*:
Finlandia:12, Noruega:9.9, Islandia: 9.0, Dinamarca: 8.7, Países Bajos: 8.4, Suecia: 8.2, Suiza: 7.9, Bélgica: 6.8, Luxemburgo: 6.5, Canadá: 6.5