Estoy a unos días de cumplir 12 años viviendo en la Ciudad de México y si saco las cuentas de las veces que he planeado unas vacaciones con mi familia en este tiempo, creo que me sobran dedos de una mano. Una parte muy importante de mi trabajo consiste en viajar para escribir acerca de mis vivencias en distintos destinos, sin embargo, son pocas las ocasiones en las que puedo hacer coincidir mi agenda con la de ellos. Es por eso que cuando se presentó la oportunidad de tomarme unos días libres para celebrar el cumpleaños de mi hermana en el Nickelodeon Hotel and Resort Riviera Maya no lo dude.
Confieso que no me encantan los niños. Desde luego que disfruto pasar tiempo con mis sobrinos, pero en el entendido de que cuando las cosas comienzan a descontrolarse siempre puedo recurrir a sus papás para que se hagan cargo de la situación. Así que, teniendo ante mi unas vacaciones que implicarían pasar tiempo en Aqua Nick –el parque acuático que se encuentra a pocos metros del hotel–, no disponer de áreas exclusivas para adultos y, en general, vivir una experiencia radicalmente distinta a las que normalmente se derivan de mi trabajo me resultaba un tanto abrumador.