El oasis de la Riviera Maya

Su ubicación –a unos 25 minutos del aeropuerto de Cancún– y los atractivos naturales que encierra es de entrada, uno de sus puntos fuertes. La propiedad abarca más de 400 hectáreas y suma un total de 1,983 habitaciones en cinco distintos resorts. Grand Luxxe, la marca top del portafolio, ofrece espaciosas opciones de alojamiento con los máximos estándares de comodidad y de calidad en el servicio. Una suite de una recámara, por ejemplo, cuenta con una cocina completamente equipada, sala, comedor, dos baños, tina de hidromasaje y balcones desde los cuales se pueden disfrutar los sonidos de la naturaleza. Apple TV, amenidades de L’Occitane y un servicio de mayordomía de primer nivel redondean una experiencia estancia que fluye sin contratiempos.

En el plano gastronómico, las opciones se antojan por momentos inagotables. En total los huéspedes pueden elegir entre los más de 40 restaurantes y bares, cuyos conceptos son desarrollados y supervisados por el chef Alexis Bostelmann. De las especialidades asiáticas de Gong a las hamburguesas gourmet de The Burger Custom Made, de los desayunos de Quinto y el Lago a las especialidades mexicanas de La Cantina y las tapas españolas de Chiringuito, el universo de la gastronomía mundial se abre ante los visitantes más apasionados de la comida. Desde luego, siempre está la opción de solicitar que un chef del hotel prepare una cena especial en la comodidad de la habitación o incluso hacerlo uno mismo. Uno de los espacios más especiales es Salum, un área abierta que reúne restaurantes, bares y tiendas y que por las noches se llena de vida con huéspedes que igual quieren probar alguna cerveza artesanal, disfrutar de algún snack o simplemente ver el cielo acostado en alguna de las hamacas que cuelgan entre las palmeras.

Pero el entretenimiento va mucho más allá. Sin necesidad de salir del complejo, los visitantes pueden maravillarse con el espectáculo Joyá de Cirque du Soleil que, además, cuenta con una experiencia gastronómica inspirada en la historia que en él se cuenta. Una cena de tres tiempos perfectamente cronometrada es la antesala a una impresionante sucesión de música, canto, acrobacias y buenas risas. En nuestro caso, una visita tras bastidores algunas horas antes del show nos permitió apreciar algunas de las proezas técnicas que conforman la magia realizada en cada presentación por un grupo de más de 30 actores, músicos, bailarines y acróbatas. En lo personal, mi invitación es a fijarse en los detalles del vestuario que está lleno de detalles y simbolismos.

Los amantes de las emociones fuertes y de las aventuras acuáticas no pueden irse sin visitar Jungala, el parque acuático que reúne toboganes de distintos niveles de intensidad, albercas de olas, un río lento y áreas de descanso y juegos, con una verdaderamente deliciosa propuesta culinaria. En su restaurante vale mucho la pena probar los distintos tacos, las panizzas y el pescado tikin xic.

Y desde luego, también hay una cara más relajada y enfocada en el bienestar. Para los corredores, recomiendo una carrera matutina por los senderos de madera que recorren todo el complejo. Muy temprano, cuando la actividad aún no comienza, se puede disfrutar del ejercicio en medio de la naturaleza y, con algo de suerte, se podrán ver algunas de las especies de animales que habitan la región. Las familias de coatís, las chachalacas y las aves son abundantes. Para relajar los músculos y las tensiones, Spatium Spa –exclusivo para los huéspedes de Grand Luxxe– cuenta con un amplio menú de masajes y tratamientos corporales. La experiencia se completa con un circuito de hidroterapia que recomiendo recorrer sin prisas.

Con más de 15 albercas, un campo de golf de Nicklaus Design, santuarios de fauna como flamingos, tortugas y cocodrilos, dos gimnasios y un programa de actividades que abarca opciones para todas las edades y gustos, Vidanta Riviera Maya es un resort en el cual los días pasan volando. La buena noticia es que siempre se puede regresar.

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