Clase Azul es un tequila que representa el lujo del destilado estrella de México, la marca es reconocida por su alta artesanía y exquisito sabor. Este año está celebrando sus 25 años de encantar con su presencia y gran personalidad a los paladares más exigentes para el tequila.
Clase Azul: celebra 25 años con edición especial
Envueltos por la celebración de este año Clase Azul lanzará 9 mil 125 licoreras para todo el mundo; cada una por cada día trascurrido desde su nacimiento. Este producto se distribuye en México en almacenes de prestigio desde el 25 de mayo de manera exclusiva, hasta su lanzamiento global a mediados del mes de julio.
Esta licorera de edición limitada debutará también el nuevo emblema de la marca, revelado hace poco como parte del cambio en la identidad de marca de la compañía de Clase Azul Spirits a Clase Azul México. Durante esta transición, la marca se ha comprometido a diversificar las formas en las que ofrecerá un México culturalmente exquisito a los consumidores.
Esta será la primera licorera pintada por completo con el distintivo azul cobalto de la marca. Cada una de las licoreras está decorada con un patrón plumeado que se inspira en las semillas del diente de león flotando en el aire, este simboliza la expansión de la marca por todo el mundo. Sus 25 trazos del patrón están pintados con platino; uno por cada año la historia de Clase Azul.
Para Viridiana Tinoco, maestra destiladora de Clase Azul México, la licorera es un detalle para sus consumidores, sin embargo la propuesta de su sabor y añejamiento lo hacen una bebida sin comparación. “Nuestra intención fue rendir homenaje a Clase Azul Tequila Reposado y al mismo tiempo crear algo único en honor a nuestro 25 aniversario,” dijo Tinoco. “Me pareció que el uso de una tahona tradicional para moler parte del agave y el añejamiento en barricas de whiskey americano utilizadas solo en una ocasión lograron el balance perfecto para este tequila intemporal”, apuntó.
Viridiana Tinoco ha reimaginado este reposado de 100% Agave Azul Tequilana Weber. Parte del agave usado en la elaboración del destilado pasó por un molino de piedra tradicional llamado tahona, una práctica que se remontan a los orígenes del tequila. A su vez, el proceso de fermentación se prolongó para acentuar sus notas cítricas y afrutadas. Posteriormente, el ensamble se añejó durante ocho meses en dos diferentes barricas de whiskey americano, y a cada una le dotó al líquido su propias distintivas y ricas notas de cata. El perfil de sabor consiste de notas amaderadas con suntuosos matices de caramelo y vainilla seguidos de un especiado final a canela con un toque de miel de agave y un ligero carácter térreo y mineral.