Los cinco mejores hoteles de 2021 (una selección muy personal)

Islas Secas (Panamá)

Todo es impresionante en este archipiélago de 14 islas privadas localizadas en la costa pacífica de Panamá. A ellas se llega en una avioneta privada desde la capital del país y todo está creado para permitir la desconexión con el mundo exterior y la reconexión con la naturaleza. Las habitaciones están distribuidas en la isla principal y ofrecen todas las comodidades, además de vistas incomparables del Golfo de Chiriquí. Aquí el tiempo transcurre más despacio y a lo largo del día se puede observar distintas especies de flora y fauna, practicar actividades acuáticas, descansar en alguna de sus playas desiertas, tomar un tour de hiking, salir de pesca o tomar un tour en barco para ver el atardecer en alta mar, entre muchas otras actividades. El staff eleva los adjetivos “amigable” y “atento” a nuevas alturas, pues están siempre dispuestos a crear momentos únicos para cada huésped. Probar las creaciones del chef Saúl Umaña es otro de los highlights que ofrece este resort en el que la privacidad es el máximo lujo. ¿Un tour imperdible? La visita al Parque Nacional Coiba.

Amomoxtli (Tepoztlán)

Probablemente una de las razones por las que este hotel está entre mis favoritos sea su cercanía a la Ciudad de México. La propiedad se encuentra a los pies del Tepozteco y está rodeada de jardínes siempre rebosantes de vida. Las habitaciones son acogedoras, perfectas para un viaje de pareja, y cuentan con amenidades como edredones de plumas y sábanas de algodón de 350 hilos. Algunas tienen su propia fogata en la puerta, perfecta para observar los cielos estrellados por la noche. La propuesta gastronómica se concentra en el restaurante Mesa de Orígen, en cuyo menú dominan los ingredientes de la región. Ninguna visita estaría completa sin disfrutar de un masaje en su spa o sin participar en alguna de las experiencias –preparación de infusiones o clase de panadería, entre algunas otras– que aquí se ofrecen. Pasar el día al sol a la orilla de la alberca alternando chapuzones en el jacuzzi es un must. ¿Los mejores días para visitarlo? De lunes a jueves, pues suele estar menos concurrido.

Matilda (San Miguel de Allende)

En el corazón de San Miguel de Allende, este pequeño hotel boutique perteneciente a Design Hotels es un paraíso para los amantes del arte. Su colección de obras sorprende en cada espacio y brinda la oportunidad de familiarizarse con el trabajo de algunos de los artistas contemporáneos más aclamados de la actualidad. El diseño de sus habitaciones es impecable –todas son el sueño de las revistas de decoración– y lo mejor es que esto no significa el más mínimo sacrificio de la comodidad. A lo largo de su historia ha recibido varios premios como uno de los mejores hoteles del país y todos ellos son más que merecidos gracias al cuidado que Bruce James, su director, pone a cada uno de los detalles de la operación. En el terreno gastronómico cuenta con dos grandes atractivos: Moxi, especializado en cocina mexicana de vanguardia a cargo del chef Paul Bentley, y Mui Ramen Bar, donde dominan los sabores de Asia y la coctelería de autor. ¿Mi habitación favorita? La Owner’s Suite A.

Hotel Esencia (Riviera Maya)

En algún momento de su historia este hotel de 45 suites y tres villas fue la residencia de una duquesa italiana que amaba las aguas turquesa del Caribe mexicano. Hoy es un exclusivo refugio para quienes llegan a estas latitudes en busca de tranquilidad y del cálido clima de los trópicos. Enclavado en el punto medio entre Tulum y Playa del Carmen, Hotel Esencia incorporó recientemente una nueva categoría de habitaciones: las Rooftop Wellness Suites. Además de un diseño dominado por el color blanco con muebles y exquisitos objetos de diseño mexicano, están equipadas con aparatos de última generación para hacer ejercicio y mantenerse en forma durante la estancia. Sus tres restaurantes –Taiyo, Beefbar y Mistura– cubren un amplio abanico de experiencias gastronómicas que deleitan a los visitantes nacionales y extranjeros. Su spa incorpora prácticas ancestrales a sus tratamientos para cultivar la belleza, el equilibrio y la paz. Uno de los mayores deleites es ver a los pavo reales que deambulan por sus jardines.

One&Only Mandarina (Riviera Nayarit)

La accidentada y exuberante geografía de la costa nayarita es el telón de fondo perfecto para esta propiedad en la que convergen los atractivos naturales, una propuesta gastronómica de primerísimo nivel, una oferta de bienestar envidiable y el respaldo de una marca hotelera que en todo el mundo es sinónimo de un servicio impecable. Las habitaciones. Un día perfecto comienza con un desayuno en Alma, mientras se disfruta la vista del océano; después, continúa en el Club de Playa Jetty, acompañado de alguno de los platillos creados por el chef Olivier Deboise. Tras la comida, se puede hacer una caminata para visitar a La Abuela, un árbol centenario dentro de la propiedad, y continuar con alguno de los tratamientos del spa. Por la noche, la cena en Carao, restaurante cuyo concepto ha sido desarrollado por el chef Enrique Olvera, es imperdible. ¿El mejor spot para ver el atardecer? La infinity pool de Carao.