Además de los elefantes que se utilizan para trabajos como cargar troncos o transportar turistas, hay muchos otros que son propiedad de los ricos de Sri Lanka, incluidos los monjes que muestran su riqueza de esta manera.
Pero las quejas por maltrato y crueldad con estos animales son comunes. De ahí que se establecieron nuevas medidas para su protección y bienestar, que incluyen la obligación de permitir que los elefantes se bañen al menos dos horas y media al día y que sean llevados al veterinario dos veces al año.
Aquellos que se utilizan para trabajos pesados solo podrán hacerlo cuatro horas al día, y aquellos que trasportan a los turistas no podrán llevar a más de cuatro a la vez y deberán equiparse con una silla de montar bien acolchada.