Celebramos el Día del Tequila, la bebida mexicana por excelencia, con esta selección de tequilas cristalinos y añoejos que cualquier experto debe tener en casa, y que son perfectamente refinados para un recién iniciado en el mundo del agave.
Cuatro tequilas para festejar el Día del Tequila
Tequila Loco Ámbar Reposado
Tequila Loco siempre se ha caracterizado por salirse de las convenciones en cuanto a la elaboración del tequila, y esta etiqueta no es la excepción. Bajo la dirección del maestro tequilero Alberto Navarro, Tequila Loco Ámbar Reposado tiene un encanto particular, pues se madura entre seis y ocho meses en cuatro barricas distintas: una ex Oporto, una de roble blanco francés, una ex Pedro Ximénez y una ex stout. El resultado es una bebida con un perfil en el que conviven los frutos secos, especias y flores, con dulces notas agave cocido. El color de este bebida asemeja más al de un tequila añejo, lo que le da una elegancia extraordinaria a la vista.
Este tequila –que se produjo en una edición muy limitada– es ideal para acompañarse con moles ligeramente dulces, zapote negro y brirria.
Tequila Loco se elabora en El Arenal, Jalisco, cuya tierra tiene la peculiaridad de ser suelo volcánico. Esto, en el tequila, se traduce en un perfil mineralizado, terroso y una serie de notas que dan a cada etiqueta de Loco una complejidad exquisita.
Tequila Cosmos Extra Añejo Cristalino
Este tequila está hecho con procesos seguidos y supervisados minuciosamente para lograr tequilas de una suavidad extraordinaria y un sabor limpio y refinado. En esta etiqueta en especial, el líquido pasa por un añejamiento de de cinco años en roble americano, con lo que adquiere un perfil extremandamente elegante, delicado pero contundente.
Tequila Cosmos Extra Añejo resalta desde el momento en que lo hueles, gracias a sus notas acarameladas y ligeramente herbales y amaderadas, con un toque cítrico que recuerda a la manzana verde. El toque final lo da una nota musgosa. En cuanto al paladar, Cosmos Extra Añejo luce notas de agave cocido matizadas con un toque de vainilla y un final con una gran permanencia en boca.
Cosmos resalta por una convivencia de procesos tecnológicos y tradicionales y una cosecha muy meticulosa del agave, en la que se espera a que las plantas lleguen a su punto de maduración –de entre ocho y diez años– para cosecharlas. Así se logran piñas más concentradas y una mejor calidad del producto.
Además de esta etiqueta, la marca cuenta con un tequila repostado que también vale la pena probar.
Don Julio 70
Don Julio es una marca que no necesita presentación: su calidad extraordinaria nos ha acompañado desde 1942, y lo tomamos no sólo en México, sino en el extranjero. No es de sorpenderse, entonces, que su etiqueta 70 sea el primer añejo cristalino en el mundo. Con esta etiqueta, la firma celebra setenta años de experiencia e innovación, en un líquido añejado por dieciocho meses en barrica de roble americano, y un proceso de filtrado que da como resultado un líquido limpio, cristalino, sin perder las notas cocidas y acarameladas que caracterizan a los añejos.
En nariz, este tequila muestra tonalidades frutales, ligeramente cítricas, acompañadas del caracterísitico matiz del agave cocido. El aroma como ensamble es muy balanceado y delicado, dejando entrever el dulzor que sentirmos en paladar. Al probarlo, resaltan tonos de miel, vainilla, caramelo, que contrastan con tonos frutales que tienden a lo cítrico (pensemos en guayaba y limón amarillo). Es un tequila perfecto por su versatilidad: puede tomarse tanto solo como en coctelería.
Casa Dragones Añejo
Desde sus etiquetas joven y blanco, Casa Dragones nos ha enseñado el tequila en su versión más sofisticada. Con la llegada de su etiqueta añeja, hace menos de dos años, la firma de San Miguel de Allende lo hace de nuevo. El perfil de esta etiqueta con un añejamiento en dos barricas: roble francés y roble americano, tostados para brindar redondez, así como ligeras notas especiadas. Al final del proceso de añejamiento, se mezcla el estilo de ambos barriles, con lo que se logra tequila añejo de agave verdaderamente único, con notas de cacao, higo y especias. Al igual que los tequilas Joven y Blanco de la casa, este añejo se produce de manera artesanal en lotes que no exceden las 500 cajas, garantizando una atención al detalle en cada una de las botellas.