1. La máxima privacidad
Cada una de las villas de la propiedad cuenta con todo lo necesario para no tener que salir de ellas: alberca privada, camastros y una sala al aire libre, terraza, tina y un enorme baño. Algunas, incluso, tienen su propio pabellón para realizar en él los tratamientos de spa que se elijan. Lo mejor de todo, es que, debido a su distribución, todas ellas tienen vistas hacia la bahía o hacia la selva, y garantizan la mayor privacidad que uno puede esperar.
2. La implementación del sello Santuario Seguro (SafeSanctuary)
Esta certificación internacional de protocolos de bienestar y seguridad fue desarrollada por la cadena Banyan Tree de la mano de la empresa belga Bureau Veritas. SafeSanctuary asegura a los huéspedes y asociados que las propiedades cumplen con las medidas más estrictas para todas las áreas del hotel. El programa incluye de manera integral 40 parámetros de control de protocolos –limpieza profunda, distanciamiento, operación a una menor capacidad y menús digitales, entre muchos otros–, con procedimientos de detección, estaciones de higiene y procesos rediseñados a lo largo de la experiencia.