CBX: El proyecto que transforma la frontera entre México y Estados Unidos
Como un recordatorio de que las fronteras son, también, un lugar de encuentro entre diferentes culturas, en 2015 las ciudades de Tijuana y San Diego en California celebraron la inauguración del Cross Border Express (CBX) que, como un paréntesis en la frontera –y, sobre todo, en las conversaciones sobre separación que hoy la caracterizan– llegó para unir ambas metrópolis.
“En promedio, el cruce tradicional por las fronteras de San Ysidro y Otay toma dos horas y hasta cuatro en temporada vacacional”, señala en entrevista Jorge Goytortúa, Director General del CBX. “Con el Cross Border Express , el 99% de los pasajeros cruza a Estados Unidos en menos de media hora e, incluso, el 70% de ellos, en menos de 15 minutos”, agrega sobre las ventajas de utilizar el puente proyectado por el despacho arquitectónico Legorreta.
En 2017, el CBX registró dos millones de usuarios y en 2018 reportó un aumento de 20%. Pero más allá de reflejar su creciente popularidad, los números también expresan la transformación que el proyecto ha generado en la cultura fronteriza y en nuestra manera de visitar a la región. De acuerdo con Goytortúa, el aeropuerto de San Diego recibe a 20 millones de viajeros anualmente y, a pesar de no contar con operaciones de despegue entre las 11 de la noche y las 6 de la mañana, el flujo de pasajeros sigue aumentando. Con la incoroporación del CBX, el aeropuerto de Tijuana se podría convertir en una segunda terminal para la ciudad californiana: un gran aliciente para los viajeros si recordamos que, con vuelos a 30 destinos en Estados Unidos, el de Tijuana es el segundo aeropuerto mejor contectado con nuestro país vecino. Además, los precios del aeropuerto bajacaliforniano pueden ser hasta 40% menores que en su par en San Diego. Al mismo tiempo, los residentes de San Diego y sus condados aledaños, como Orange, han encontrado en el CBX una vía de acceso a destinos como Ensenada, el Valle de Guadalupe, Loreto y La Paz sin tener que pasar por las garitas convencionales.
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“Es sólo el comienzo de un gran proyecto de desarrollo. Este año se prevé una expansión de la terminal que va a permitir que un viajero internacional –que llegue, por ejemplo, de Shanghai o Beijing–, pueda aterrizar en México antes de cruzar la frontera”, afirma Goytortúa. “Queremos construir un área de hoteles y otra comercial… Es un proyecto a largo plazo con un impacto significativo en la región sur de California y el noroeste de México, la región ´Calibaja’, pero que también supone una connotación muy interesante en la relación actual entre ambos países”, termina.
